Sobre el autor
El profesor Ramón Campayo es hipnoterapeuta colegiado y uno de los mejores mentalistas de la historia. El uso del término «mentalista» hace referencia en Europa a cualquier persona que desarrolla una cualidad mental de forma excepcional.
Los mentalistas están divididos en tres grupos: los expertos en memorización; los calculadores aritméticos, los cuales realizan sumas, multiplicaciones, raíces y otras operaciones matemáticas con infinidad de dígitos, y, por último, los magos, quienes usan básicamente trucos que tienen que ver exclusivamente con la magia y con su habilidad mental. En el continente americano, el término «mentalista» también se emplea con frecuencia para referirse a los espiritistas.
Ramón Campayo es el memorizador más veloz de todos los tiempos. El día 9 de noviembre de 2003 pulverizó un total de 15 récords mundiales de memorización rápida (hasta tres segundos) en Starnberg, una ciudad situada al sureste de Alemania, junto a Munich, y los batió en todas las disciplinas posibles (números binarios, números de cimales…) ¡y en menos de una hora!
Hay que señalar que las pruebas serias de memorización de los campeonatos internacionales no pueden contener texto, pues por fuerza este siempre estará escrito en algún idioma concreto y, por ello, siempre tendrían ventaja los competidores nativos. En cambio, el empleo de los números trata a todo competidor por igual, pues estos caracteres son los mismos para todos ellos.
Los números decimales, es decir, los que están comprendidos entre el cero y el nueve, son los más difíciles de memorizar, más que los binarios (que son los usados por las computadoras y solo constan de ceros y de unos). En cambio, estos últimos requieren una mayor precisión memorística y más nitidez fotográfica, pues cuando llega el momento de escribirlos, tras su memorización, el competidor tenderá a confundirlos. Esto es algo lógico que le sucederá a cualquier persona que trate de escribir largas secuencias de ceros y de unos solamente.
Desde siempre le ha gustado especializarse en pruebas de velocidad, porque lo que más le gusta es enseñar a otros, pero no superficialmente, sino formando grandes campeones. No en vano lleva muchos años enseñando sus técnicas de estudio a través de su página web de Internet: www.ramoncampayo.com, mediante los cursos presenciales que imparte por todo el mundo y en su consulta personal de Albacete (España).
Pero ¿qué le ha llevado a especializarse en la velocidad de memorización? Sencillamente porque, tal y como él afirma, los estudiantes siempre estudian contrarreloj, y para ellos sería muy bueno hacer las cosas rápidas y bien, por razones obvias, lo cual les permitiría tener más tiempo libre para descansar, divertirse o dedicarse a otras actividades. En resumen, tiempo libre que haría además la doble tarea de fortalecer psicológicamente al alumno, el cual comprobaría que estudiar no es tan desagradable (te lo pasas realmente bien estudiando con los métodos del profesor) y que solo requiere un poquito de dedicación.
Pero para memorizar rápido, aparte de la técnica también es necesario leer velozmente. Ramón Campayo puede memorizar un número binario de ¡40 dígitos!, que aparezca repentinamente en un ordenador, en solo un segundo. Un número como este:
01101001010110010110 01011010100101100011
Es de suponer que antes de memorizarlo, primero tiene que darle tiempo a leerlo. No en vano también posee récords mundiales en velocidad de lectura, siendo su «crucero económico» superior a las 2.500 palabras/minuto y obteniendo puntas de más de 4.000 palabras/minuto, ¡70 palabras por segundo! Todo ello, no solo sin perder entendimiento, sino además con más comprensión que cualquier otra persona.
Hoy por hoy, Ramón es capaz de leer, entender y memorizar más rápido que cualquiera, pero también ha hecho pruebas de fondo y posee récords mundiales en estas disciplinas, como la mayor cadena de palabras memorizadas por orden y tras oírlas una sola vez, sin verlas: 23.200 en 72 horas, recordando el puesto exacto de cada una de ellas. Y es que, dada su enorme memoria fotográfica, Ramón se ha especializado además en la memorización sin ver, solo de oído, para poder estar más «cerca» del resto de los mortales. De hecho, actúa mucho con los ojos vendados y, aun así, ha podido memorizar una baraja española de 40 cartas en solamente 40 segundos ¡sin verla!
Para terminar, animamos a todos los lectores a que lean en este libro su impresionante currículo, el cual pueden seguir también a través de su página web, recordándoles que Ramón Campayo está en activo y que seguirá batiendo récords para asombro y deleite de los demás.
Querido profesor, gracias por tus años de investigación sobre los secretos de la memorización, y gracias por los conocimientos que, en consecuencia, nos aportaste a nosotros en su día y nos sigues aportando en tus cursos, en Internet y ahora mediante este espléndido libro.
Te deseamos ¡¡mucha suerte!!
Un grupo de alumnos y admiradores.
Libro Escaneado y pasado a texto por Multimedia Timoteo.
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