No es tarea fácil o halagadora descubrirse a sí mismo y encontrar que quizás hasta el servicio prestado y nuestro anhelo de estudiar y trabajar tuvieron un origen básicamente egoísta, o se han basado en un deseo de liberación o desagrado por los deberes cotidianos.
El que trata de obedecer los impulsos del alma debe hacer un análisis exacto y honesto de sí mismo, cosa realmente rara en estos días. Que se diga a sí mismo “tengo que ser veraz con mi propio Ser” y, en la intimidad y en el secreto de su propia meditación, tratar de no pasar por alto falta alguna, ni disculparse nada a sí mismo. [MB]
La guía puede venir, como bien saben, desde la propia alma de un hombre cuando a través de la meditación, la disciplina y el servicio, ha establecido contacto, y hay por consiguiente un canal de comunicación directo desde el alma al cerebro, vía la mente.
Cuando dicha comunicación es clara y directa, constituye la verdadera guía divina proveniente de la divinidad interna. Sin embargo, si la mente no está desarrollada, el carácter no está purificado y el hombre no está libre del indebido control de la personalidad, la comunicación puede ser distorsionada y mal interpretada. La mente debe aplicar debidamente la verdad o la guía impartida. Cuando se capta correcta y verdaderamente la divina voz interna, sólo entonces la guía es infalible y la voz del Dios interno habla con claridad a Su instrumento, el hombre en el plano físico. [SE II]
Tratamos de entrenar a servidores inteligentes de la raza, que se desarrollan mediante el esfuerzo autoiniciado, la libertad de acción y el discernimiento en el método y no por incondicional obediencia, pasividad negativa y adhesión ciega.
Recuérdenlo. Si alguna vez surge un mandato del grupo subjetivo de instructores del cual soy un humilde miembro, que sea para seguir los dictados de la propia alma y las inspiraciones del yo superior. [MB]
El discípulo debe aceptarse a sí mismo como es en cualquier momento dado, con cualquier equipo dado y bajo cualquier circunstancia dada; entonces procede a subordinarse a sí mismo, a sus asuntos y a su tiempo a la necesidad de la hora, especialmente durante una fase de crisis grupal, nacional o mundial.
Cuando haga esto dentro de su propia conciencia, y por lo tanto esté pensando de acuerdo a los verdaderos valores, descubrirá que sus propios asuntos privados son atendidos, se aumentan sus capacidades y se olvidan sus limitaciones. [DNE II]
Si sólo pudieran verlo, la intranquilidad y dificultad en todas partes está produciendo un bien que tiene mucho más peso que el aparente mal. Las almas se están encontrando a sí mismas y aprendiendo a depender del Regidor interno. Cuando todos los apoyos externos fracasan y cuando todas las aparentes autoridades difieren en la solución ofrecida, entonces a las almas se las hace depender de sí mismas y aprender a buscar internamente.
Este contacto interno con el yo superior está volviéndose evidente en un grado paulatinamente en desarrollo y conduce a esa confianza en sí mismo y calma interna que está basada en la regencia del Dios interno y que, por lo tanto, convierte al hombre en un instrumento para el servicio en el mundo.[MB]
Siga su propio camino con fortaleza y en silencio, y haga lo que su alma le dicte. No deje que las voces menores de los seres queridos y cercanos, desvíen su progreso en la senda de servicio. Pertenece ahora al
mundo y no a un puñado de sus semejantes. Esta lección no es fácil de aprender, hermano mío, pero todos los discípulos deben aprenderla algún día…
¿Cuál es esa obediencia oculta que se supone exige el Maestro? Actualmente los Maestros se ocupan de los discípulos de mentalidad superior, que creen en la libre voluntad y conciencia humanas y se resisten a la imposición de cualquier supuesta autoridad. El hombre intelectual no acepta que se infrinja su libertad y en esto básicamente está en lo cierto. Objeta tener que obedecer. …
La obediencia requerida es obediencia al Plan. No es obediencia al Maestro, por más que lo enseñen las escuelas ocultistas de tipo antiguo. La obediencia que se pide está basada en el creciente reconocimiento del Plan para la humanidad, tal como surge en la conciencia de cada uno a través del proceso de meditación y el servicio definido, basado en un creciente amor hacia sus semejantes.
La obediencia demandada es la de la personalidad al alma a medida que el conocimiento del alma, la luz del alma y el control del alma devienen cada vez más potentes en la mente y en las reacciones cerebrales del discípulo. [DNE I] [Bibliografía: Citas contenidas en el libro “El Alma, la cualidad de la vida” (compilación sobre este tema de los libros de Alice A. Bailey, editados por Fundación Lucis, Buenos Aires, Argentina)].
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06.12.2018
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