Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
A Don Diego Camacho abría que ponerle el nombre de una calle o una plaza en cada ciudad de España. Estos son los hombres que hacen grande a España, un señor Camacho, un Blas de Lezo, un Hernán Cortés, un Ortega y Gasset, un Carlos I, un Díaz de Vivar, un Vallejo-Nájera, un Primo de Rivera, un Ramiro de Maeztu, un padre Merino, un Amancio Ortega, hombres que nos hacen sentir orgullosos de nuestra gloriosa patria.
Me ha encantado escuchar al invitado. Hace falta una continuación de este programa.
Escuchando la interesante biografía de Camacho, no puedo evitar contar la sensación de "pelos de punta" que he tenido en su trayectoria como militar. La misma dirección que mi abuelo (Luis Sanguino), de Rapitán (Jaca) , directo al Sáhara. Sus vivencias con los saharauis y montado a camello, serían inolvidables ,cómo para él. Felicidades, siempre, por los programas. Un abrazo.
El programa se para mucho en la vida del Sr. Camacho, que no está nada mal, me recuerda a la entrevista a Juan Ignacio Blanco en el programa "Geopolítica Cuántica". Al final ha tocado suficiente el tema de los Servicios secretos y queda abierto a una continuación; espero que llegue pronto. Muchas gracias por el programa.
El programa es demasiado corto.
Estoy de acuerdo con el que se sorprende de que el programa es extrañamente corto. Por favor, si no tenéis tiempo dejadlo para otro día pero un programa de 1 hora entre presentaciones y cortesías es difícil que sea o tenga apariencia de completo. Hacéis tan pocos programas que cuando llega uno -lo siento, los del aire no me interesan- interesante deseamos que nos recuerde a los buenos viejos tiempos.
Al margen de lo que voy a contar despues, quiero decir que siento un gran respeto por Diego Camacho. Me parece una persona integra y con valores. Ya que han hablado de la (AGM) Academia General Militar. Hice en el año 1990 el servicio militar en dicho lugar en una UAS (unidad de apoyo y servicio). Concretamente en cocina de Caballeros Cadetes. El trato no total, pero bastante generalizado, recibido hacia la tropa por parte de suboficiales, oficiales y Caballeros Cadetes era de desprecio, humillación y desidia. Además de trapicheos entre distintas dependencias tan suculentas económicamente donde pillar cacho, como cocinas, supermercado, cantina, clubs de oficiales, suboficiales etc. Por no hablar de las numerosas fiestas de promociones de distintos cuerpos y armas , presentaciones en sociedad de las hijas de mandos, entrega de despachos de Alferez y Tenientes. He dicho desidia, porque estando en cocina, la comida para la tropa muchos días directamente era inexistente, limitándose estrictamente al número de Cadetes y oficiales. Si querías comer y con suerte a algún Cadete no le gustaba el pollo y lo hubiera dejado en la mesa estabas de suerte. Curiosamente lo que siempre había a mansalva era vino donde ahogar la mala hostia y el hambre. Jornadas agotadoras de 16 o 18 horas en los comedores para desmontar cenas, montar desayunos, volver a montar comidas, desmontar de nuevo, montar otra vez... recuerdo que agua caliente para lavar platos etc era inexistente y nos limitamos con una maguera y después con manteleria vieja de hilo a sacar brillo a la inmensa vajilla de duralex, puesto que comian con dos platos lisos, uno hondo, de postre, vaso de agua, vino, cubiertos de carne y pescado etc. Podría contar muchas más cosas, pero lo deho ahí. Todo esto lo vi y viví en primera persona y nadie me podrá decir que tal vez, quizas no era así, etc. Un saludo y gracias al vórtice por vuestro trabajo.
No entiendo por qué el programa es tan corto.
Yo también me crié en la calle Hermosilla, al final de la calle, donde estaba la fuente y empezaban "las colonias". Un saludo Mitoa.
lamentable que CNI sea el siervo de la casa Real.