El año 1999 fue especialmente prolífico en grandes álbumes relacionados con la Americana y mucho más en cuanto a la country music. Están a punto de cumplirse los 20 años de aquella temporada y para inaugurar el último mes de este 2019 hemos queridos recuperar algunos de aquellos sonidos vitalistas sin ser demasiado nostálgicos. Tan solo es una muestra de cómo en aquellas fechas se estaban asentando los cimientos de la música de raíces norteamericana.
El último día del mes de Agosto de 1999 se publicaba Fly, el álbum que marcó la carrera de las Dixie Chicks, un grupo de referencia para nuestro programa. El primer disco del trío, Wide Open Spaces, había sido todo un revulsivo y Fly se convirtió en una celebración de la autoestima femenina gracias a canciones como "Cowboy Take Me Away", "Ready to Run", "Sin Wagon" o "Goodbye Earl". Tampoco podemos olvidarnos de “Some Days You Gotta Dance”, donde se ejemplariza que el amor es una carga temporal. Aquel tema había aparecido por primera vez en el único trabajo también de un trío, pero esta vez masculino y proceden de Nueva Zelanda, llamado The Ranch con Keith Urban a la cabeza, un artista que tocó la guitarra en la versión de las Dixie Chicks.
What I Deserve fue el cuarto álbum de estudio de Kelly Willis, publicado más de seis años después de su disco anterior. En 1999 la artista de Austin, en Texas, pero criada en Annandale, al norte de Virginia, se dejó arropar por guitarristas como Chuck Prophet y Mark Spencer, brillantes teclados, ritmos irresistibles y canciones soleadas como “Take Me Down”, compuesta junto a Gary Louris de los Jayhawks, tras Sound of Lies (1997) y antes de editar Smile (2000). Kelly Willis ha seguido un camino personal y profesional al margen de modas e inclinaciones comerciales, incluso alejada de todos aquellos que siempre han querido situarla como abanderada de no se sabe que reivindicación musical. Sigue siendo una artista introspectiva, que trabaja muy cerca de su marido y compositor, Bruce Robison, y de otros autores como Paul Westerberg, John Leventhal o Dan Penn. Junto a ellos lanzó al mercado What I Deserve, un disco mágico convertido en una pequeña obra maestra del country-pop.
La también tejana Julie Miller posee una voz dolorosamente real y una capacidad para escribir unas letras que dotan de intimidad a los ríos, el viento o la lluvia. Además, siempre está ayudada por una lista interminable de amigos que abarcan desde Emmylou Harris a Victoria Williams o Steve Earle, pasando por Shawn Colvin y Valerie Carter, al margen de su marido, Buddy Miller. Así ocurrió en Broken Things, su disco de hace 20 años y cuyo tema central había sido grabado ocho años antes. En "I Know Why The River Runs", renuncia a quedarse en casa, con la frente pegada al cristal de una fría ventana, esperando una llamada que nunca llega.
Forget About It fue uno de los momentos felices de Agosto de 1999. Venía firmado por Alison Krauss y era el tercero en el que figuraba como protagonista en solitario, sin la Cox Family o Union Station, de una ya larga carrera. Nacida en Decatur, Illinois, aunque residente en Champaign, sus padres tocaban la guitarra y el banjo y la iniciaron en el terreno musical a muy temprana edad, recibiendo lecciones de violín clásico. Actuaba en los concursos locales desde los 8 años y a los 10 ya contaba con su propio grupo de acompañamiento. Pero se inclinó por el bluegrass "porqué no es preciso un profesor si tienes a un guitarrista a tu lado". Forget About It profundiza aún más en no remitirse a las fronteras del bluegrass, cambiando ciertas mentalidades excesivamente tradicionales. Así ocurrió con "Ghost in This House", un tema de Hugh Prestwood que combina lo maravilloso y desgarrador del amor, haciéndolo irresistible. Fue grabado por Shenandoah en 1990 para su álbum Extra Mile.
En el mes de Marzo de 1987, Dolly Parton, Emmylou Harris y Linda Ronstadt publicaban Trio; 12 años después, en 1999, se lanzaba Trio II, que en realidad estaba preparado para su lanzamiento en 1994. Allí encontramos “High Sierra”, un tema maravilloso firmado por Harley Allen, un cantante y compositor de bluegrass procedente de Ohio que murió hace ocho años. Este fue uno de los temas que Linda Ronstadt llevó a su álbum de 1995 Feels Like Home sin la voz de Dolly Parton. Aquí, en la grabación original, sí están las tres.
Alison Krauss siempre ha tenido en Dolly Parton a uno de sus referentes y en octubre de 1999 nos regaló un disco como The Grass Is Blue, que la reportaría un Grammy como Mejor álbum de bluegrass. Para ello la veterana artista se rodeó de músicos tan brillantes como Jerry Douglas, Sam Hunt o Stuart Duncan, además de vocalistas de la nueva generación como la propia Alison Krauss, Patty Loveless, Claire Lynch y Rhonda Vincent. Al margen de algunos temas originales originales, Dolly recurrió a clásicos de los Louvin Brothers y Hazel Dickens, pero también reinventó canciones de Billy Joel y Blackfoot o Billy Joel. Su versión a “Travelin’ Prayer” del neoyorquino la sirvió para ser nominada a un Grammy como Mejor Interpretación Vocal Femenina de Country. Fue grabada en 1973 para el álbum Piano Man. Y es una plegaria para que la pareja del cantante regrese.
En 1997, Steve Earle publicó "El Corazón", un disco punzante y eléctrico, completando el triunvirato que iniciaron "Train A Comin'" y "I Feel Alright". Al contrario que estos dos, El Corazón recibió muy escasa atención. Fue cuando el artista decidió desviarse significativamente de todo su trabajo anterior, y completó un álbum de bluegrass en homenaje al padre del género, Bill Monroe, quien había muerto en el 96. De esta forma, The Mountain, que salió al mercado en febrero de 1999, contó con la Del McCoury Band como grupo de acompañamiento e invitados tan especiales como Iris DeMent, Emmylou Harris, Kathy Chiavola, Gillian Welch, Dave Rawlings, Marty Stuart, Cowboy Jack Clement, Tim O’Brien, Benny Martin, Peter Rowan, Stuart Duncan, Jerry Douglas y Sam Bush. Curiosamente, lanzó dos singles en el mercado británico. Uno de ellos fue "Dixieland", que se envió exclusivamente a emisoras de radio.
Kris Kristofferson siempre ha sido capaz de hacer algo único, fundiendo su sensibilidad con su inteligencia. Hace 20 años, en agosto de 1999, nos dejó para la historia The Austin Sessions, grabado durante el verano del 97 y en la que desnudaba algunos de sus temas clásicos, muchos de los cuales fueron éxitos en otras voces. Para aquel proyecto contó con las armonías vocales de amigos como Jackson Browne, Matraca Berg, Vince Gill, Marc Cohn, Alison Krauss, Catie Curtis, Mark Knopfler y Steve Earle. Con este último, el tejano hacía una versión monumental de “Sunday Morning Coming Down”, la canción que fue grabada en primer lugar por Ray Stevens y se convirtió en No. 1 de la mano de Johnny Cash en 1970, abriendo su álbum The Johnny Cash Show, grabado en directo en la Grand Ole Opry House con los Tennessee Three, la orquesta de Bill Walker y los coros de los Statler Brothers y la Carter Family. Las cosas cambiaron desde entonces y El Hombre de Negro le introdujo en los círculos musicales de Nashville haciendo que otros vocalistas también se mostraran interesados en sus composiciones.
The Pilgrim es una especie de ópera country que cuenta una historia de amor, traición y venganza que parece basada en una historia real. Ese disco, que a mitad del pasado Junio cumplió 20 años, es un disco conceptual que cuenta la historia de un paisano suyo en Philadelphia, Mississippi, aunque está mucho más cerca de su sentimiento de peregrino en su propia carrera artística. Marty Stuart, de él se trata, mostró con descaro su habilidad como instrumentista y su profundidad como compositor, alejándose de los intentos anteriores de alcanzar el éxito casi a cualquier precio. Aquel disco contó con la participación de nombres tan emblemáticos como Johnny Cash, George Jones, Ralph Stanley, Earl Scruggs, Emmylou Harris o Pam Tillis. Ese trabajo se publicó a mitad del pasado mes de octubre por primera vez en vinilo en una edición de lujo que incluye un CD de bonificación con 10 temas inéditos de aquellas sesiones, recuperados de los archivos de Marty y que escuchamos en el programa.
Tras su llegada a Nashville, Keith Urban sufrió una severa infección en la garganta y se vio obligado a dar descanso a sus cuerdas vocales durante meses. Eso significó la disolución del trío The Ranch, de los que hablamos al comienzo del programa. Dos años más tarde, en octubre de 1999, publicaba un nuevo álbum como solista y también titulado como él mismo, Keith Urban, que casi todos consideran el debut en solitario. Su gira de promoción le permitió abrir conciertos de Dwight Yoakam, Faith Hill y Tim McGraw. Esas actuaciones le hicieron ganar fans en la escena de la Music City y su talento y su trabajo le permitieron ir escalando posiciones gracias a temas como “Where The Blacktop Ends”, que mostraba su habilidad como instrumentista, siendo todo un talento con la guitarra y el banjo.
La última década del siglo XX en el terreno del country estuvo dominada por Alan Jackson, aunque su defensa de la tradición vaquera le haya traído en ocasiones ciertos problemas con la industria de Nashville. La esencia se ha convertido en su estandarte y lo dejó bien claro cuando con la producción de su viejo amigo Keith Stegall publicó Under The Influence en Octubre de 1999. En ese momento las emisoras de radio de country estaban mucho más inclinadas a sonidos cercanos al pop y al rock que a la tradición. Fue cuando el músico de Georgia decidió completar un disco de clásicos del género. Como señalaba su título, era un repaso por canciones que le habían influido muy directamente. Y ahí estaba "The Way I Am", grabada por Merle Haggard en 1980 y que dio nombre genérico a su disco de entonces.
Smoke Rings In The Dark es posiblemente el más honesto y completo los que componen la amplia discografía del californiano Gary Allan, publicado tres años después de su debut. Ahora se ha cumplido el vigésimo aniversario de la publicación de aquel soberbio trabajo y su compañía ha publicado una edición de lujo con un tema extra como "Long Year", inédito hasta ahora. Pero para cerrar este programa lleno de recuerdos hemos echado mano de "Right Where I Need to Be" que viene a resumir esa dicotomía entre el surf y el honky tonk que se refleja en la carrera del artista.
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