El pasado domingo, nos fuimos sintiendo cada vez más felices según se iban entregando los premios Grammy en su edición número 61. Pero fueron los reconocimientos a dos de nuestras artistas favoritas las que terminaron de convertir aquella noche en una noche perfecta porque Kacey Musgraves y Brandi Carlile fueron las indiscutibles grandes triunfadoras. Y verán ustedes: no es música urbana, no es música indie, no es nada alternativo… nos es todo eso que se han inventado para esconder algo tan simple y sencillo como lo que venimos llamando Americana. Es un enorme paraguas en el que se refugian todos los estilos básicos de la música popular. En Estados Unidos lo saben perfectamente y en este programa lo llevamos proclamando mucho tiempo.
En el caso de Kacey, "Butterflies" daba una imagen bien diferente al toque cínico con el que la artista había venido tratando las cuestiones amorosas. Tal vez su relación con el cantante y compositor Ruston Kelly, con quien se casó en el otoño pasado, haya cambiado su punto de vista. “Space Cowboy”, premiada como mejor canción de country, fue el segundo regalo anticipado de Kacey Musgraves de su último álbum, Golden Hour, grabado en el rancho de Sheryl Crow y la artista tejana se refirió a los Bee Gees y Sade como claves para entender esta nueva aventura discográfica. Mientras resultó evidente que “Butterfly”, la anterior canción que conocimos, fue compuesta poco después de conocer a su ahora marido, "Space Cowboy" es la otra cara de la moneda, y un regreso a las formas mucho menos sentimentales de entender el amor que casi siempre ha mostrado, aunque con ciertos toques melodramáticos en el final inevitable de una relación.
Lo bueno que tiene ponerse moda es que muchos pueden conocer, por fin, a Brandi Carlile algo más de 13 años después de lanzar su disco de debut, el primero de los seis que tiene en solitario. Las seis nominaciones a la edición de los premios Grammy gracias al magnífico contenido de su último trabajo, By the Way, I Forgive You, están reconociendo la carrera ejemplar de esta nativa de Ravensdale, en el estado de Washington. Ahora, con tres Grammy en sus manos, ya no es ni aburrida, ni rara… Brandi Carlile ha pasado a ser “The real deal”. Y nosotros cada vez más felices.
Brandi Carlile se puso en manos de Dave Cobb y Shooter Jennings para las labores de producción, arropándose en el histórico RCA Studio A de Nashville para completar un trabajo de la brillantez de By The Way, I Forgive You, su sexto álbum junto a sus compañeros, los hermanos Tim y Phil Hanseroth. Ahora ha sido premiado con un Grammy como mejor álbum de Americana, siendo pura empatía con las personas a las que la sociedad ha pretendido alienar. Y ella lo sabe de primera mano.
Pero ambas artistas no están tan lejos de las raíces más profundas de la música tradicional de su país y así lo han demostrado a lo largo de sus respectivas carreras, grabando temas que se encuentran en el gran libro de la música estadounidense y haciéndolo junto a grandes iconos como Willie Nelson, Ronnie Milsap o John Prine, y más cercanos en el tiempo al lado de Buddy Miller, Old Crow Medicine Show, Maren Morris o Dierks Bentley. Al fin y al cabo, es el paisaje cotidiano de la Americana.
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