El patriarcado es un sistema de dominación que todavía está presente en América Latina y, en más de una ocasión, utiliza los métodos más violentos para mantenerse vigente.
¿Qué ocurre cuando quien ejerce esa violencia es un alto funcionario? ¿Qué pasa si las figuras públicas cometen todo tipo de faltas en la intimidad de sus hogares? ¿Qué tiene el poder que atrae tanto y por qué, en ocasiones, se hace lo imposible para no perderlo?
La periodista Sanjuana Martínez explora los abusos del poder político mexicano en su libro Las amantes del poder (Temas de hoy), que presenta hoy 13 de mayo, a las 5:00 p.m., en el hotel Aloft ( vía Israel y calle 76 San Francisco).
A partir de testimonios, expedientes judiciales y entrevistas con antiguas amantes, esposas o colaboradoras, recopila ocho historias de abusos cometidos por parte de Enrique Peña Nieto, Genaro Góngora Pimentel, Arturo Montiel, Juan Iván Peña Néder, Luis Téllez, Sergio García Ramírez, Rosario Robles y Aristóteles Sandoval.
Martínez, en exclusiva para La Prensa, explica que los peores abusos de los poderosos ocurren en sus casas, y que este grupo siempre argumenta que los periodistas no deben meterse en su vida privada. La obra Las amantes del poder demuestra que no está de acuerdo con ese planteamiento la especialista en temas de derechos humanos, violencia de género y terrorismo.
Las amantes del poder es el libro número 12 de Sanjuana Martínez, y en sus 262 páginas indaga sobre las fronteras que hay entre lo público y lo privado, aunque opina que esos límites desaparecen cuando se cometen delitos contra la mujer y los menores de edad.
Su obra, que ha vendido en México 15 mil ejemplares en seis meses, es sobre cómo el poder afecta a las parejas y a los hijos de hombres y mujeres que han llegado lejos gracias a la política.
“El libro aborda la condición humana, y sobre esta seducción por el poder que muchas mujeres sentimos y que nos sometemos a ese poder para luego sufrir las consecuencias”, plantea.
Se trata de mujeres sufridas, a las que evita convertirlas en meras víctimas, pues ellas "eligieron ser parejas de esos hombres. Algunas prtofundamente enamoradas, optras atraídas por la seducción del poder político y económico, vicviendo primero un cuento de hgadas y luegio una pelícvula fde terror.
No deseaba caricaturizar aquellos que “se convierten en monstruos por su apego al poder, sino mostrar que la maldad y la perversidad forman parte del ser humano. Que tanto les importa el poder que está por encima de sus afectos, del amor más puro, el amor a los hijos. De estos personajes está llena la historia, que se sienten dioses como Hitler y Pinochet”.
Narra que hay tantos casos de abusadores, tanto en México como en el resto del mundo, que podría “haber hecho una enciclopedia”.
A los políticos mexicanos no les afecta tanto cuando salen a la luz sus corruptelas, “pero cuando se meten con sus vidas y sus agresiones, no les gusta”, señala la que residió por 20 años en Europa y que desde hace 8 años ha regresado a vivir de forma permanente en su México natal.
Los funcionarios que seleccionó tenían en común “que han utilizado las estructuras de la corrupción” para cometer sus delitos.
Por ejemplo, señala que Talía Vázquez Alatorre fue víctima de una violación colectiva orquestada por su exesposo Juan Iván Peña Néder (quien fuera subsecretario de la Secretaría de Gobernación), "nazi y miembro del círculo calderonista de la llamada mafia de los casinos". o Arturo Montiel, exgobernador del estado de México, “que le quita sus tres hijos a su exesposa y ella logra verlos luego de tres años y medio”.
Añade a Genaro Góngora Pimentel, ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a quien describe como un "hombre de poder despiadado, vengativo y mezquino, capaz de manipular la justicia para encarcelar a su ex pareja y de paso daños a sus dos hijos", o Jorge Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, "quien primero convivió con su hijo fuera del matrimonio y luego lo negó. Se atrevió incluso a demandar a su ex pareja para justificar su mentira y utilizar todo el poder en su contra".
Para demostrar que el abuso político no es una enfermedad exclusiva de los caballeros, en su libro incluye el caso de una dama: Rosario Robles, quien tuvo una peculiar historia de amor con Luis Téllez. La describe como "la gran traidora de la izquierda" de México, la que esconde "todo tipo de deslealtades, ambiciones y corruptelas".
Opina que los hechos narrados en Los amantes del poder parecen sacados de un libro de terror, otros tienen los tintes de una obra de suspenso o un thriller político, y lo lamentable, remarca, es que todos son verídicos.
Comentarios
Vaya truño de charla seudofeminista, con ese modo de razonar se convierten en la versión feminista del machismo