EL JOVEN GOODMAN BROWN:
El Joven Goodman Brown es un relato tan impresionante como lo puedan ser los mejores de Dostoyevski. El protagonista, Goodman Brown, emprende una extraña excursión entre el crepúsculo y el alba, durante la cual se ve acompañado por el diablo, que intenta convencerlo de que vive en realidad en un mundo lleno de hipocresía y cuyos más santos y destacados exponentes son fieles adoradores del mal. Goodman Brown se resiste a creerlo, pero las evidencias le llevan a la desesperación. Aunque finalmente resistirá las intimaciones del diablo, saldrá de esta noche con un cambio profundo en su carácter.
¿Lo ha soñado o lo ha vivido? Tanto da. Goodman Brown no podrá volver a contemplar a sus convecinos, ni tan siquiera a su esposa, como antes.
Hawthorne traza aquí los rasgos distintivos de la narrativa norteamericana moderna, que desembocaron en lo que se ha dado en denominar, algo imprecisamente a mi gusto, el "gótico de Nueva Inglaterra". El ambiente puritano de las colonias, en extremo opresivo, con su herencia de cazas de brujas y su permanente obsesión por el demonio y el mal, las reminiscencias de la presencia india pagana y sus cultos chamánicos, la forma de una sociedad tradicionalmente muy cercana y cerrada, sectaria en muchas ocasiones, tan dependiente de sus miembros que veda la noción de vida privada, todo ello conformó desde el principio una sociedad distintiva y peculiar en sus miembros y costumbres, nido de la hipocresía, el silencio y los secretos apenas musitados.
De si esto es así o no hoy, o de si ya en su tiempo fueron exageraciones de Hawthorne, importa poco. Me inclino a confiar en la perspicacia del autor, porque estos rasgos que trazó se han reproducido una y otra vez narrativamente hasta finales del siglo XX.
LA CASA DEL DIABLO:
En algún momento indeterminado de los años 80, una joven estudiante, Samantha Hughes, acepta un trabajo como canguro que coincide con un eclipse lunar. Pronto se da cuenta de que sus clientes ocultan un temible secreto...
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