En el cementerio de Huelva (España) existe una tumba que pone: William Martin- 29 de marzo 1907-24 abril 1943-.Hijo amado de John Glyndwyr Martin y de Antonia Martín de Cardiff (Pais de Gales),con un epitafio que pone "Dulce y honorable es morir por la patria" Sin embargo este hombre no era soldado y ni siquiera murió por su patria...este hombre ni siquiera existió...sin embargo fue crucial para ganarle la partida al eje italo-germano y dar un paso decisivo en la victoria por parte de los aliados en la 2ª guerra mundial.
Ayudados por el famoso patólogo Sir Bernard Spilsbury, Montagu y su equipo determinaron qué tipo de cuerpo necesitaban para esta operación. De la manera más discreta posible, localizaron el cuerpo de un hombre de 34 años muerto recientemente por una neumonía producida químicamente por ingestión de raticida. Hablaron con su familia de la operación y les pidieron jurar mantener el secreto. La familia lo aceptó, con la condición de que nunca se revelase su identidad. Como el hombre había muerto de neumonía, el fluido en los pulmones concordaba con el hecho de que hubiese permanecido en el agua mucho tiempo.
El paso siguiente era establecer una «leyenda» o falsa identidad. El comandante Martin de los Royal Marines: William Martin, capitán eventual estampillado como «comandante», nacido en Cardiff, Gales, en 1907, y destinado en el Cuartel General de Operaciones Combinadas. Esta graduación le fue asignada ya que con una graduación inferior no hubiese podido llevar los documentos de alto grado de clasificación, pero la edad podía ser un problema. Estampillando a Martin como «comandante» resolvía el problema y pretendía dar la impresión de que este hombre era un oficial de confianza y muy responsable, para que la operación fuese más creíble.
Para dar más credibilidad a la historia, le inventaron una novia que se llamaba Pam —en realidad, una funcionaria del MI5—,completándolo con fotos y cartas de amor. Entre sus pertenencias se incluyó un juego de llaves, entradas de teatro recientes, una factura de alojamiento de su club de Londres, etc. Para reforzar el engaño, Montagu y su equipo decidieron insinuar que era algo descuidado, con facturas sin pagar, una tarjeta de identidad duplicada para reemplazar la que había perdido, un pase caducado del Cuartel General de Operaciones Combinadas que se le había olvidado renovar y una airada carta de su banco, el Lloyds Bank por un descubierto de «£17 19s 11d». Este último toque, aunque ingenioso, comportaba un elemento de riesgo, al existir la posibilidad de que la Abwehr tuviese dudas sobre la idoneidad de un individuo tan poco cuidadoso para transportar documentos de alto secreto. Pero si Montagu estaba al tanto del incidente delCatalina contaba con la frustración de los alemanes por no haber aprovechado la información que tuvieron en sus manos
Pero esto era necesario para justificar que tanto el cuerpo como los documentos fuesen recuperados juntos. Para ello, el comandante Martin llevaría una cadena alrededor de su gabardina a la que iría amarrado su maletín, para dar la impresión de ser una persona que quería estar cómoda durante un largo vuelo pero quería tener el maletín a mano todo el tiempo, indicando que era un oficial muy responsable, aunque a veces un poco descuidado.
Mientras Montagu y su equipo creaban la falsa identidad, también se estaban generando los documentos necesarios para que el engaño funcionase. Era necesario convencer a los alemanes de que el desembarco se iba a efectuar en algún sitio que no fuese Sicilia. La idea era presentar un ataque a Cerdeña, como paso previo para establecer una base para un desembarco en el sur de Francia ya continuación efectuar un gran desembarco en Grecia por los Balcanes. Y, en lugar de sugerir directamente estos falsos planes por medio de documentos oficiales, se sugerirían por medio de una carta personal del teniente general Sir Archibald Nye, Segundo Jefe del Estado Mayor General Imperial al general Sir Harold Alexander, comandante británico en el Norte de África, donde se le decía «off-the record» que habría dos operaciones. Alexander atacaría Córcega y Cerdeña, mientras el general Sir Henry Wilson lo haría en Grecia, dando a esta falsa operación el nombre de «Operation Husky», que era el nombre real de la operación de desembarco en Sicilia. Además, en una jugada maestra de psicología inversa, la carta indicaba que se estaban elaborando planes para engañar a los alemanes y convencerlos de que el desembarco se haría en Sicilia. Esto debía dar la impresión a los alemanes de que se enfrentaban a fuerzas lo bastante potentes para efectuar dos grandes operaciones simultáneas y que tendrían lugar lejos de Sicilia, obligándolos a dispersar sus fuerzas para enfrentarse a la amenaza.
Para resaltar el carácter sensible de la carta y establecer la cualificación del comandante Martin para viajar al norte de África, Montagu incluyó otra carta de Lord Louis Mountbatten, Jefe de Operaciones Combinadas al almirante Sir Andrew Cunningham, Comandante en Jefe del Mediterráneo, en la que Mountbatten ensalzaba la experiencia del comandante Martin en operaciones anfibias; y, aún más importante, Mountbatten decía a Cunningham que Martin llevaba una carta demasiado importante para ser enviada por los canales normales, lo que explicaba la necesidad del vuelo de Martin. La carta también decía que el blanco para la invasión sería Cerdeña.El comandante Martin fue puesto en un contenedor estanco y sellado conservado en hielo seco y vestido con su uniforme de Royal Marines, y Cholmondeley con Montagu alquilaron un coche para entregarlo en Holy Loch, Escocia, y lo embarcaron en el submarino británico HMS Seraph. Montagu había preparado esto con el almirante Barry, que tenía los submarinos bajo su mando. Barry sugirió el Seraph, que en ese momento estaba disponible. Fue casualidad que su comandante, el teniente de navío Norman L.A. (Bill) Jewell y la tripulación tuviesen experiencia previa en operaciones especiales.El 19 de abril de 1943 el Seraph se hizo a la mar. Navegó hasta una posición una milla al sur de Huelva, en la costa española. Se seleccionó esta posición porque España, aunque oficialmente neutral, simpatizaba con las potencias del Eje y estaba repleta de agentes de la Abwehr. También se sabía que en Huelva había agentes alemanes muy activos y que tenían muy buenos contactos con las autoridades españolas.
A las 04:30 del 30 de abril, el teniente de Navío Jewell ordenó a su tripulación subir el contenedor a la cubierta del submarino en superficie. Antes había dicho a su gente que iba a desplegar un sistema meteorológico altamente secreto y ordenó a todos permanecer bajo cubierta. Reunió a sus oficiales, les explicó los detalles de la operación y les exigió mantener el secreto. Después, abrieron el contenedor, pusieron el chaleco salvavidas al Comandante Martin y le ataron el maletín con los documentos; rezaron el salmo 39 y pusieron suavemente el cadáver en el agua para que la corriente lo arrastrase hacia tierra. Una vez terminado, Jewell puso un mensaje al comité de los veinte diciendo «MINCEMEAT completed».
El cuerpo fue descubierto a las 07:30 por un pescador de Punta Umbría de origen portugués, José Antonio Rey María, en la Playa de El Portil,[1] que lo llevó al puerto e informó a las autoridades españolas. La Abwehr local, representada por el técnico en agricultura alemán Adolf Clauss, tuvo conocimiento inmediato del descubrimiento.
A los tres días, el comité recibía un telegrama del agregado naval con la noticia del descubrimiento del cadáver. El cuerpo del comandante Martin fue entregado al vicecónsul británico F. K. Hazeldene y fue enterrado con honores militares el 4 de mayo en el cementerio de Huelva.
El vicecónsul acordó con el forense Eduardo del Torno redactar el informe post mortem en el sanatorio de Huelva, próximo al cementerio. Se informó de que el hombre había caído al agua con vida, que no tenía golpes, que había muerto ahogado y que el cuerpo estaba en el agua desde hacía entre tres y cinco días. El forense no hizo una autopsia completa al creer que el comandante Martin era católico, porque llevaba al cuello —otro toque de Montagu— una cadena con una cruz de plata.Mientras, Montagu decidió incluir el nombre del comandante Martin en la siguiente lista de bajas británicas que, un mes más tarde, fue publicada en el Times, sabiendo que los alemanes la iban a leer para confirmar el fallecimiento. Casualmente, también estaban en la lista dos oficiales que habían fallecido al estrellarse su avión en la mar, cuando iban hacia Gibraltar, lo que aumentaba la credibilidad de la «historia» del comandante Martin. Para reforzar el engaño, se mandaron una serie de mensajes urgentes del Almirantazgo al agregado naval británico en Madrid pidiéndole la devolución a cualquier precio de los documentos encontrados con el cuerpo, debido a su contenido altamente sensible —todo esto cifrado con una clave de bajo nivel—, para alertar a las autoridades españolas sobre su importancia. Los documentos fueron devueltos el 13 de mayo, asegurando que no faltaba nada.Pero antes los alemanes habían oído hablar del descubrimiento de los documentos y, no sin cierta dificultad, el agente local de la Abwehr consiguió hacerse con ellos. Los alemanes abrieron cuidadosamente el maletín y fotografiaron todo su contenido. Después, el maletín fue entregado a los británicos por las autoridades españolas. Las fotografías se enviaron urgentemente a Berlín, donde fueron evaluadas por la inteligencia alemana.Cuando el cuerpo del comandante Martin fue devuelto y se comprobó la documentación, los británicos vieron que había sido leída y vuelta a guardar cuidadosamente. La confirmación posterior obtenida por medio de «ULTRA» hizo que se enviase un telegrama a Winston Churchill, que estaba en Estados Unidos, diciendo: «Mincemeat Swallowed Whole» («Se han tragado toda la carne picada»).
Los alemanes se habían tragado totalmente el engaño: anzuelo, línea y flotador. Todo el cuidado que Montagu y su equipo habían puesto para establecer la identidad de Martin había sido rentable.
Hitler quedó tan convencido de la autenticidad de los falsos documentos que discrepaba con Mussolini de que Sicilia era el punto más probable para la invasión, insistiendo en que cualquier incursión sobre la isla debía considerarse parte de un plan de engaño y que el ataque principal sería en cualquier otro lugar. Hitler dio órdenes para reforzar Córcega y Cerdeña, y envió al mariscal Rommel a Atenas para formar un grupo de ejércitos. Los buques patrulleros, minadores y dragaminas asignados a la defensa de Sicilia se mandaron a otros lugares. Pero la decisión más crítica fue probablemente el envío de dos divisiones Panzer del frente ruso a Grecia, justo en el momento en que se estaban preparando para atacar a los rusos en la batalla de Kursk.
La «operación Husky» empezó el 9 de julio, cuando los aliados atacaron Sicilia por el sur. Pero los efectos de la «operación Mincemeat» duraron todavía dos semanas, ya que los alemanes seguían convencidos de que era una finta y que el ataque principal sería en Cerdeña o en Grecia. Como resultado, la conquista de Sicilia encontró relativamente poca resistencia y se completó el 9 de agosto. Además, la caída de Palermo, a mediados de julio provocó, el 27 de julio, un golpe de estado que apartó a Mussolini del poder.
Comentarios
me pone un poco nervioso lo de que es una frase, efecto de sonido, frase, efecto de sonido. No me deja centrarme en lo que dice.
cannne picá!!
La pregunta sería mi querido Marky, ¿Cuántos hechos como el que nos presentas cubren la historia de nuestra humanidad?... Súper interesante amigo gracias.
POBRESILLO LO KE LE HICIERON AL POBRE HOMBRE XD