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Índice
Portada Dedicatoria Invictus Prólogo, por Roberto Moro ¿Por qué este libro? Episodio 1. La entrevista INTRODUCCIÓN Episodio 2. El viaje Capítulo 1. PLAN B Episodio 3. El encuentro Capítulo 2. DINERO Tres motivos por los que queremos ser ricos o tener dinero ¿Qué es la riqueza para mí? = independencia financiera Capítulo 3. ¿CÓMO CONSTRUYO MI PLAN B? TRES NEGOCIOS QUE REQUIEREN POCO DINERO Tener una idea u ofrecer un servicio y venderlo en internet El marketing multinivel o MLM El trading... ¿pero qué es? Episodio 4. Mi primer día de clase Capítulo 4. EL NEGOCIO DEL TRADING ¿Qué se necesita para vivir del trading? ¿Por dónde comienzo? ¿Qué son las posiciones cortas? ¿Qué es invertir a la baja? Capítulo 5. NOCIONES SOBRE LA BOLSA Y LOS INSTRUMENTOS FINANCIEROS EN LOS QUE SE PUEDE HACER TRADING ¿En qué instrumentos financieros puedo hacer trading? Capítulo 6. ¿QUÉ SON LAS VELAS JAPONESAS? ¿Cómo se forman las velas japonesas? ¿Cuánto dura una vela? ¿Qué puede hacer el precio? ¿Qué son los retrocesos en el precio? ¿Qué información es la que nos interesa en una vela? Los 10 mejores patrones de vela Examen de velas Soluciones Capítulo 7. PRICE ACTION O ACCIÓN DEL PRECIO Analizando el precio Episodio 5. Segundo día de clase Capítulo 8. EL SECRETO DEL ÉXITO El cuadrante del flujo del dinero Los 7 pasos de Robert Kiyosaki para alcanzar la independencia financiera
Ejercicio complementario del capítulo 7 Episodio 6. Tercer día de clase Capítulo 9. HERRAMIENTAS DEL TRADING (I) Soporte y resistencia Capítulo 10. HERRAMIENTAS DEL TRADING (II) Medias móviles. Concepto Fibonacci y el número de Dios ¿Se pueden predecir cambios de tendencia a partir de Fibonacci? Episodio 7. Cuarto día de clase Capítulo 11. NUESTRO SEGUNDO SOCIO: HACIENDA ¿Quién tributa en España? El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas Afectación de inversiones económicas Capítulo 12. DOS ENTRADAS DE TRADING RENTABLES La ruptura de tendencia con tres impulsos claros La técnica de ruptura de laterales Capítulo 13. PARAÍSOS FISCALES ¿Qué es un paraíso fiscal? Requisitos para ser considerado un paraíso fiscal Tipos de paraísos fiscales Internet Lista de paraísos fiscales Episodio 8. Quinto día de clase y último Capítulo 14. LA LEY CON LOS 10 ARTÍCULOS DE LOS TRADERS DE ÉXITO ¿De qué depende que un trader sea un ganador? Epílogo Nota de la autora Bibliografía Notas Créditos
A mi madre y a mi padre que desde el cielo me siguen protegiendo. A Sergio, mi marido y mi mejor alumno, que ha superado con creces a su profesora. A mi hijo Sergino, por su ternura y bondad. A Luis, Temis, María, Aitor, Jorge del Canto, Roberto Moro, Pedro Pinedo y Rosa Estañ, que conforman el equipo de tradingybolsaparatorpes.com, por su apoyo incondicional y por hacer posible este proyecto. A todos y cada uno de los estudiantes de mis cursos presenciales y online, cuya asistencia me ha enriquecido; con sus experiencias y con la aportación económica a su formación harán posible nuestro proyecto benéfico en África. A Ana Rosa y Pilar por darme la posibilidad de publicar mi obra con la editorial a la que representan. A Pilar Sánchez y María José Bonilla, mis agentes y amigas, por haberme introducido en el mundo apasionante de la escritura.
Invictus Más allá de la noche que me envuelve, negra como un pozo insondable, agradezco al dios que fuere, por mi alma inconquistable. En las garras de la circunstancia no he gemido ni llorado, ante las puñaladas del azar, si bien he sangrado, jamás me he postrado. Más allá de este lugar de ira y llantos, acecha la oscuridad con su horror, no obstante la amenaza de los años, me halla y me hallará sin temor. Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino, ni cuántos castigos lleve a mi espalda, soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma. WILLIAM ERNEST HENLEY (1849-1903)
Mandela conservó este poema escrito en una hoja de papel durante su estancia en prisión, lo que le ayudó a sobrellevar su encarcelamiento. Manifestó en más de una ocasión que sus palabras hacían que se sintiera libre.
Prólogo
Me pongo a escribir el prólogo de este libro minutos después de terminar la lectura del mismo; lectura que he sido capaz de completar en cinco horas, no por la premura de tiempo, sino porque realmente me ha fascinado el contenido desde el minuto uno. Sé que esta afirmación puede sonar a recurrente en estos menesteres; me da igual, en mi caso es, simplemente, lo que ha sucedido. Y no quería dejar pasar un tiempo prudencial para matizar las sensaciones que me han quedado tras beberme el libro, pues, en ocasiones (solo en ocasiones), es bueno dar rienda suelta a lo que piensas, sin más, sin tamices, sin el muro de contención de la reflexión (vamos, la justa para no amontonarte o soltar sinsentidos). Es la primera vez que me hacen un encargo de este tipo, por lo que desde este momento apelo a la indulgencia del lector si en algo me aparto de lo habitual en estos casos. Lo cierto es que me invade un exagerado sentido de la responsabilidad, por cuanto me toca glosar las aptitudes formativas, financieras, literarias y humanas de Francisca Serrano, «Paqui» para quienes la conocemos. Y no sé hasta qué punto seré capaz de hacerlo sin que el cariño y la admiración afecten a mi objetividad. Es indudable que las virtudes de Paqui como trader, profesora y autora de libros ya han quedado suficientemente probadas tras la publicación de su primera obra, un auténtico best seller con tropecientas tiradas que lo han convertido en el libro de finanzas en habla hispana más leído el año pasado. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Así pues, y dado que lo evidente no se enjuicia, paso a hablarles de Paqui, el ser humano. Conocí a Paqui hace unos años, cuando vino a uno de los cursos de Análisis Técnico que imparto habitualmente. Si no recuerdo mal, era el primer intento de formación en los mercados financieros que ella hacía (lo cual ahora me produce una sensación de bienestar; incluso, me gusta pensar que en algo pude influir para que avanzara hasta donde lo ha hecho). Otra vertiente de la reflexión me podría llevar a la conclusión de que en mi curso aprendió tan poco que necesitó muchos más posteriormente para completar su preparación, pero es un pensamiento que desecho inmediatamente por estúpido e infundado. ¡Faltaría más! No volvimos a tener contacto hasta que un buen amigo común (y, sin embargo, colega de profesión), Jorge del Canto, me hizo saber que estaba próxima en el tiempo la presentación del primer libro de Paqui, y que ella me invitaba con gusto al evento. Podía haber quedado la cosa ahí, en una anécdota más, pero contactamos por teléfono y entonces recordé, ya sí, quién era Paqui, le puse rostro y hasta voz, y evocamos la ronda de cañas que nos tomamos tras el curso (esas cosas raramente se olvidan). Era la única mujer que había asistido a él, pero lo que rememoré de inmediato es lo que hoy sigo viendo cuando estoy con ella, y que se resume en una sola palabra: ENTUSIASMO. En su momento pensé que era una actitud que el tiempo se encargaría de matizar, quizá de apagar, y más en un oficio tan competitivo e interesado como el nuestro. Pues no. Hace una semana, sin ir más lejos, le pregunté de improviso «¿qué te
chutas?». Es que no es normal esa hiperactividad sosegada (no sé si ambos términos pueden ir juntos, pero es lo que me transmite), y ese entusiasmo desbordante que le hace planear o acometer mil y un empeños con asombrosa facilidad. ¡Qué pereza cada vez que me reúno con ella para tratar temas profesionales! Sé que tengo que hacer acopio de toda mi lucidez para no parecer medio lelo. No conozco a nadie que haya tenido un tránsito más exitoso y menos traumático desde la zona de confort hasta la zona mágica (lo siento, estimado lector, pero tendrá que leer el libro para comprender esto). Y todo lo hace simple, porque ha hecho suya esa máxima del análisis técnico de que lo más simple es lo que mejor funciona (como en casi todos los órdenes de la vida), y porque de la despiadada lucha contra el cáncer (fuerte ovación por tu victoria) ha aprendido a dar importancia solo a las cosas que realmente la merecen. Y lo merece, por ejemplo, su empeño en ayudar a los más desfavorecidos, destinando gran parte de sus ingresos por todos los conceptos a la fundación que recientemente ha creado a tal efecto. Incluso, me hace sentir mejor persona al invitarme a formar parte activa de la misma. En fin, voy terminando. La verdad es que siento envidia del protagonista del libro, pues me habría gustado tener un tutor y mentor que me orientara como Paqui lo hace en el libro con Sergio. Al final, creo que no he sabido separar lo personal de lo profesional, pero me resulta sencillamente imposible. Y es que... ¡qué demonios! Si querías algo más profesional, haberle encargado este prólogo a alguien que no te tuviera tanta admiración y cariño. Estoy seguro, querido lector, de que al finalizar el libro entenderá y compartirá muchas de las sensaciones que he querido transmitir en estas líneas. Buen provecho. ROBERTO MORO Analista independiente. Apta Negocios.
¿Por qué este libro?
¿Por qué hay ricos y pobres? ¿Por qué unas personas alcanzan la independencia financiera y otros no? ¿Por qué, partiendo de la misma familia, unos tendrán capacidad económica y otros simplemente sobrevivirán? ¿Qué conocimientos tiene que tener una persona para «no trabajar por dinero y hacer que el dinero trabaje para ella»? En primer lugar, tenemos que quitarle el sentido peyorativo a la palabra «dinero». En nuestra sociedad está mal visto hablar de él y, por tanto, eludimos tocar el tema. Pero, nos guste o no, sin dinero no podemos vivir. Lo necesitamos para comprar los alimentos básicos, pagar el alquiler de la casa en la que vivimos, cubrir las necesidades esenciales de nuestros hijos, etc. La sociedad no nos ha preparado para relacionarnos con tan importante bien y aprendemos su uso de modo espontáneo, viendo a nuestros mayores y tomando nota subjetivamente del uso que de él hacen. Podemos ser afortunados, ya que aquí el factor suerte es vital, y que la ruleta de la vida nos haya depositado en la casilla de la familia que sabe cómo adquirir tan preciado bien. En ese caso, absorberemos como esponjas las enseñanzas que nos vengan dadas para ser nosotros generadores de riqueza. O, por el contrario, haber caído en la casilla de quien no sabe cómo adquirirlo y, si no somos suficientemente despiertos, no podremos captar las sutilezas que hacen que el dinero venga a nosotros de forma natural. La sociedad en la que vivimos está estructurada para hacernos gastar dinero, no para que lo ganemos. Nos anima a pagar con tarjetas de crédito y a comprar a plazos con cargos posteriores de alto interés. El sistema de enseñanza en nuestro país no está organizado para formar emprendedores que tengan el coraje de montar negocios rentables para ellos mismos y para dar trabajo a otros. Por tanto, para poder ser independientes, financieramente hablando, tenemos que saber reconocer las trampas que se nos presentan para hacernos perder liquidez y saber reconocer lo que, a partir de ahora, llamaremos bonus, es decir, inversiones positivas o generadoras de capital y unbonus, inversiones negativas o privadoras de liquidez. No podemos transmitir ese conocimiento a nuestros hijos si nosotros no lo poseemos. Este manual nace de la recopilación de enseñanzas que estoy transmitiendo a mi hijo para que pueda tener una relación saludable con el dinero y ello le permita alcanzar sus objetivos. Mi lucha personal contra el tiempo y el cáncer, mi mayor enemigo, me obliga a dejarlo por escrito. Si lo que enseño a mi hijo puede servirte a ti y a los tuyos, me sentiré inmensamente feliz de ayudarte. Podía haberlo escrito como un simple ensayo, explicando conceptos y dejando que el lector los absorbiera como en un libro de texto, pero si he triunfado en la vida es porque me salgo de la masa. Si soy una day trader (operador bursátil intradiario) de éxito es porque hago mi operativa diferente de las demás y, por tanto, este libro tiene
como prioridad difundir mis conocimientos como un mentor los mostraría a su aprendiz. Exponiendo los conceptos, discutiéndolos y avisando de lo que no se debe hacer, del tal modo que cuando el aprendiz salga al mundo real, pueda poner en práctica lo aprendido de forma natural. A lo largo del libro encontrarás pequeños textos complementarios que aportan información adicional. Estos textos aparecen identificados por unos personajes que son fruto de mi imaginación: León, Elefante y Erizo. He elegido estos animales porque representan las actitudes y aptitudes que tendremos que adoptar para seguir el camino correcto, rectificar a tiempo o evitar equivocarnos en las elecciones de los productos o de las tendencias. LEÓN nos propondrá trucos, ELEFANTE nos dará sabios consejos, mientras que ERIZO nos advertirá de los peligros que podemos encontrar a lo largo nuestro camino hacia la independencia financiera; cada vez que lo veas, recuerda: ¡no te pinches! Espero que te diviertas leyendo este libro tanto como yo lo he hecho al escribirlo y que al final te haga plantearte si, tal vez, tú todavía estás a tiempo de conseguir tu sueño. Espero que aquí encuentres lo que buscas.
EPISODIO 1
La entrevista
Madrid, abril de 2014. Mi nombre es Sergio Massei y soy mitad español, mitad italiano. En 2014 yo no entendía nada sobre mercados financieros ni bolsa. Mi ignorancia y falta de interés en la materia llegaban al punto de apagar la televisión en el momento en que se abordaban temas económicos. Humilde periodista e incrédulo por naturaleza, no me sentó nada bien el mandato de mi jefe de redacción de entrevistar a la autora de un best seller sobre bolsa, Francisca Serrano, en su carmen,en el famoso barrio del Albaicín de Granada. Ha pasado un año desde entonces. La intensa semana en la que realicé la entrevista y el curso de formación y lo que me contó en aquellos siete días cambiaron mi vida para siempre. El periódico publicó mi artículo y, gracias a él, yo ascendí en el departamento, pero en el tintero se quedaron muchas horas de conversación y confidencias. Os preguntaréis qué hice con mis recuerdos. Muy fácil, ordenarlos y ponerlos por escrito. Cada momento vivido con Francisca Serrano, cada pregunta que le hice y aquellas que mis amigos y compañeros de trabajo me habían planteado. Me lo habían encargado a mí por mi doble nacionalidad. El redactor pensaba que el hecho de ser ambos hijos de emigrantes nos daba un punto en común, y mi bilingüismo, como el de ella, facilitaría la conversación. No había sido fácil conseguir la entrevista con la escritora. Era reacia a perder su tiempo y yo estaba enfadado por perder el mío en un tema que no me interesaba, especialmente con alguien que seguramente utilizaría términos oscuros y técnicos. Traté por todos los medios de librarme del encargo. --O lo haces o te pongo de patitas en la calle --gritó Enrique, mi redactor jefe, harto de mis quejas. Abandoné mi oposición y cogí el toro por los cuernos. Llamé a la agente literaria de Francisca, doña Pilar Sánchez, personaje conocido en el mundo cultural granadino por ser propietaria de la editorial Dauro. Tras varios intentos infructuosos y prácticamente llorarle a su secretaria, conseguí hablar con ella. --Cálmate y no te preocupes --dijo con voz sosegada-- si accede a la entrevista, te responderá con franqueza y sinceridad. Es todo un personaje y no te dejará indiferente --dijo rotunda--. Sin embargo, no te va a quedar más remedio que hacer un curso privado con ella. Valorará más tu entrevista si ve interés por tu parte en aprender lo que te puede enseñar. Sus palabras más que calmarme me pusieron todavía más nervioso, viniendo de toda una señora editora. No pegué ojo, y a las cuatro de la mañana, harto de dar vueltas en la cama, me senté frente a mi ordenador dispuesto a preparar el esquema de mi trabajo. Estaba decidido a no dejarme impresionar por ella. Mi falta de conocimiento en finanzas no sería un handicap para realizar un buen reportaje; a fin de cuentas, yo era periodista y, a mi modo de ver, bastante bueno. Además, el saber no ocupa lugar; si
tenía que aprender trading, fuese lo que fuese, lo aprendería. A las siete y media de la mañana se me encendió la bombilla. Llamaría a Piera, mi antigua novia y mejor amiga, pues seguro que podría ayudarme a enfocar el tema. Después de todo, trabajaba en el departamento de Teoría e Historia Económica de la Universidad de Ancona en Italia; seguro que pondría algo de luz en mi caos mental. --Ciao bella, come stai? --indagué con mi mejor voz de conquista. --¿Sergio? ¿Eres tú? ¿Qué hora es? --preguntó enfadada. --Son las siete y media. --Come sto? Sto a dormire... Ma come mi chiami a questa ora? Ma che hai nella mente? --Necesito un favor --le dije a bocajarro-- que te vengas a Granada conmigo a entrevistar a la española que ha escrito sobre bolsa. --¿Vas a entrevistar a Francisca Serrano? ¡Vaya...! Has subido de categoría Sergino. --¿La conoces? --pregunté, sorprendido de que supiese el nombre de la trader. --Por supuesto que la conozco, como conozco a Warren Buffet y a Bill Gates, ¡no te fastidia! He leído sobre ella, eso es todo. El artículo que escribió sobre ella Ima Sanchís en la contra de La Vanguardia el 4 de julio de 2013, lo vio todo el que estuviese en Barcelona ese día, entre ellos yo. --¿Y qué? --indagué yo. --Come che? --Madre mía Pi, te levantas espesa por la mañana. ¿Te gustó o no? --Tu che credi... obvio che mi gusto. Es una persona clara y directa, ella encarna el sueño de pasar de funcionaria a vivir de la bolsa. Yo mataría por conseguir lo que ella sabe hacer. --Allora, vieni con me a Granada? --pregunté meloso. --Tesoro, yo no iría contigo ni a la esquina de mi calle, ¿me dejas plantada y te permites llamarme a esta hora para pedirme favores? --No te hagas la dura, Pierrina. Sabes perfectamente que la distancia es el peor enemigo de una pareja, lo nuestro no tenía futuro si uno de los dos no se mudaba a la ciudad del otro. Es inútil que me eches toda la culpa a mí del fracaso de nuestra relación. Mi abuela decía «amor en la distancia, cuernos en abundancia». Solo quería evitar hacerte daño y tú lo sabes --dije con voz triste. --Tendrás cara... Está bien, Sergio, te echaré una mano, pero no voy contigo a ninguna parte. Pediré a mis alumnos que se lean el libro y haré un seminario para plantear preguntas. Una especie de «tormenta de ideas», así sabrás qué es lo que les interesa conocer y te dará un patrón para enfocar tu trabajo. --Gracias Piera, brillante idea. Mándamelo por e-mail en dos días, la entrevista es el viernes --y colgué. Seguramente mi amiga estaría lanzando toda una parrafada de improperios en italiano, maldiciendo el día en que me conoció y acordándose de toda mi familia. Piera era una calabresa de pura cepa, natural y genuina, supongo que eso fue lo que hizo que me enamorase de ella y aún hoy la siga queriendo tanto. La calmaría por email, era más sensato.
Pasé el día de una parte a otra. Paré solo para comer con mi madre, que se dignó a invitarme, tras echarme mi correspondiente regañina por no llamarla y presentarme siempre por sorpresa. Ella era mi sangre española. La avisé de que estaría fuera una semana y le conté sumariamente mis preocupaciones. Me escuchó con paciencia y me deseó suerte. Aquella noche, tras la cena y en pijama, me senté en el sillón orejero de mi habitación, con la luz de mi flexo orientado directamente a la primera página del libro que me había recomendado leer Pilar Sánchez, el segundo de Francisca Serrano: MUEVE TUS AHORROS Y GÁNATE UN SUELDO Me acomodé y comencé la lectura.
*
INTRODUCCIÓN
Comenzaré con la misma explicación que di en mi primer libro, Escuela de Bolsa, de por qué me hice trader. Hace siete años, cuando leía el periódico, directamente retiraba las páginas sepia del mismo. Solía utilizarlas para forrar el fondo del cubo de la basura o para apoyar la brocha de pintura cuando tenía que hacer cualquier trabajo de mantenimiento en casa. No me interesaba la economía porque no la comprendía. Tuve siempre la idea de que aquellos que trabajaban enbolsa eran economistas y seguramente habrían adquirido sus conocimientos en esta materia a través de algún Master Business Administration, que les facilitó la llave mágica del conocimiento para abrirse a ese mundo que a mí me parecía tan abstracto. Sin embargo, todo cambió un domingo de hace siete años. En un periódico, en su revista dominical, vi publicado un artículo sobre los traders e inversores bursátiles. «Los jornaleros», así traducía el término inglés trader (profesionales que se ganan su jornal en la bolsa). La historia que más me impactó fue la de una ama de casa, la cual iba al supermercado, hacía la comida, y entre una actividad y otra, escuchaba Intereconomía Radio y seguía la actualidad económica. Se acostaba preocupada por si subía o bajaba Inditex, y lo que comenzó como un hobby, terminó por convertirse en su oficio. En poco tiempo y trabajando a tiempo parcial, consiguió ganar más dinero que su marido, cuya jornada de trabajo transcurría de sol a sol. También me pareció curiosa la historia del carnicero del barrio, que sabía tanto de carne como sobre las acciones del Ibex 35, cuestión que seguía con verdadera pasión mientras despachaba sus filetes a las clientas. Su vehículo lo había adquirido con los beneficios de la venta de sus acciones. El señor don Ignacio Sebastián de Erice, que en su libro La bolsa y la vida explica cómo perdió la mitad del dinero que heredó invirtiendo en una sociedad deficitaria, decidió tomar el toro por los cuernos e investigar el funcionamiento de la bolsa para conseguir obtener beneficios. En la actualidad, escribe para el periódico El Mundo y, según sus simpáticas palabras, se va de vacaciones con los beneficios de sus inversiones bursátiles. Roberto Moro, analista independiente y antiguo profesor mío de Análisis Técnico, me contó, tomando juntos unas cervezas en Madrid, que se dedicaba al doblaje de cine profesional antes de vivir de la bolsa. Hoy es uno de los grandes del análisis técnico. ¿Por qué ellos sí y yo no? Esa fue mi pregunta. Mi padre me enseñó hace años que «si no posees todos los conocimientos sobre las cuestiones que te interesan, lo que debes hacer es copiar a los grandes. Investiga cómo han trabajado ellos para llegar a sus metas, sigue su traza y, cuando hayas conseguido estar arriba, mejora lo que ellos hicieron».
Me llamo Francisca Serrano Ruiz y soy trader. Dejé mi trabajo y puedo decir que hace ya dos años alcancé mi independencia financiera. Cuando necesito dinero enciendo mi ordenador, analizo el gráfico, espero con paciencia el momento oportuno y entro. Solamente trabajo de 15.30 h. (momento en que abre la bolsa americana) a 17.30 o 18.00 h. Yo hago day trading que, en su modo más agresivo, se llama scalping. Traducido al cristiano, significa que opero en el día: entro, tomo el dinero y me marcho, dejando mis posiciones cerradas, lo que me permite dormir a pierna suelta durante la noche. Hace siete años todo esto me sonaba a chino. Durante ese tiempo he realizado un gran número de cursos relacionados con el tema y he invertido mucho dinero en esa formación y, como buena novata, también comencé perdiendo en bolsa, pero hoy me siento satisfecha de haber creado un sistema propio para operar y estoy en condiciones de afirmar que puedo vivir de la bolsa si así lo deseo. Ahora las páginas sepia del periódico son las que me interesan. El resto del periódico es un complemento que me mantiene informada sobre lo que ocurre en el mundo y que, en alguna medida, me sirve para comprender mejor los sistemas económicos y su influencia sobre la bolsa y el mundo financiero. Un día, cuando mi hijo crezca, le contaré que estudié Derecho y trabajé en el sector inmobiliario y le diré «estudia lo que quieras, porque a ganar dinero te enseñaré yo». Si estás cansado de hacer siempre lo mismo, si tu vida laboral está estancada y quieres hacer rentables tus ahorros, este hobby, además de divertirte, te procurará la independencia económica que buscas y mi libro, sin duda, será el comienzo para que inicies esa nueva etapa de tu vida. En poco tiempo, siguiendo sus instrucciones, conseguirás generar suficiente dinero para que el fin de mes deje de asustarte. Hasta donde quieras llegar, lo dejo en tus manos. Y ahora te preguntarás: «¿Cuál es la inversión mínima que tengo que realizar para comenzar a operar en bolsa?». Pues, a decir verdad, mi respuesta es que es baratísimo: un buen ordenador y una conexión a internet fiable, tu bróker y a zambullirse en la piscina bursátil. En este libro he intentado sintetizar todo lo que he aprendido durante estos años, exponiendo lo básico y eliminando lo superfluo. En él encontrarás los conocimientos fundamentales para moverte en este complicado y a la vez apasionante mundo donde muy pocos te dicen realmente cómo hacerlo. Bienvenido al puesto de trabajo que estabas buscando y también al mejor remunerado. Espero que mi libro te ayude a afianzarte en él.
*
¡Guau! Me detuve en la lectura. Era agresiva y muy directa, pero me habían advertido y, resumiendo lo que me habían contado sobre Francisca, es verdad que no te dejaba indiferente. Pilar Sánchez tenía razón. Eran las tres de la mañana y el tiempo había volado sin que me percatara de ello.
Me dolía el culo, llevaba cuatro horas sentado. Necesitaba ir al baño. Tomé asiento en mi lugar preferido de reflexión y lectura, el váter, y seguí leyendo.
*
¿Hijo rico, hijo pobre? Todos llevamos un rico y un pobre en nuestro interior. El rico es el que querríamos ser y el pobre es el que está al alcance de todos. La diferencia entre ser rico o pobre estriba en que el hijo rico será educado desde pequeño para que su dinero trabaje para él y el pobre orientará su educación a trabajar para ganarlo, bien como asalariado o bien empleando muchas horas si lo hace en un negocio propio. Cuando hablo de «rico» o «pobre» no me refiero a ser multimillonario o vivir en la indigencia. Para mí, rico es aquel que puede disponer de su tiempo como quiera y tiene una independencia financiera que le permite vivir sin trabajar. No tiene porqué ser el que posea la cuenta bancaria con más ceros. Carece de jefes y de horario. Si se ausenta de su trabajo, fuera cual fuese, este sigue funcionando y produciendo para él. Genera dinero que, a su vez, continúa originando otro tanto. No incluiría en este grupo a aquel que, aún teniendo una cuenta bancaria con muchas cifras, tenga que trabajar de sol a sol para mantenerla y solo disponga de quince días de vacaciones al año. Este grupo es el esclavo de su dinero y es lo que los americanos denominan workalcoholic, «adicto al trabajo». En la parte opuesta está el pobre, que necesita dinero para vivir y trabaja para conseguirlo. Vende su tiempo a cambio de una remuneración y en ocasiones lo hace a un precio muy bajo. ¿A cuánto te vendes tú? Haz la cuenta, te sorprenderás.
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Me rondaba una sola idea en la cabeza desde que cerré el libro, era como una cancioncilla que sonaba en mi cerebro: ¿a cuánto me vendía yo? Ganaba 1200 euros netos por mi trabajo de columnista en la redacción. No daba para mucho, pero estaba contento; con los tiempos de crisis que corren, no está la cosa para protestar, pensé esperanzado. Intenté hacer el cálculo mental. Entraba entre semana a las ocho y salía a las dos. V olvía a las cuatro y media y con suerte estaba fuera a las nueve. Como media, porque si era necesario o surgía una noticia, todos los articulistas nos quedábamos hasta que nuestra columna estaba lista para imprimir. La cuenta daba 10 horas y media al día, sin urgencias de último minuto ni extras. A la semana, 52 horas y media si la jornada era de lunes a viernes y no me mandaban una semana de 7 días como ahora a entrevistar a nadie. Si trabajaba 210 horas al mes por mis 1200 euros limpios de polvo y paja, me vendía a 5,71 euros por hora. ¡No puede ser! Me levanté del váter sin limpiarme, seguro que me he equivocado en la cuenta. Las matemáticas no son lo mío, yo soy de letras. Cogí la calculadora teniendo la seguridad de que el error era mío. No, ninguna equivocación, el display arrojaba el mismo resultado: 5,71 euros.
¡Dios mío! La señora que limpia en casa de mi madre gana 10 euros por hora y no tiene estudios. Yo, con mi licenciatura en Periodismo y mi máster, salgo a 5,71 euros. Para colmo de males, yo pago a Hacienda y ella se lleva los 10 euros limpios, porque no quiere que la aseguren, a fin de cuentas, está dada de alta en el PER y tiene sus peonadas. No sé quién es más listo de los dos. Miré el reloj. Con tantos cálculos, habían dado las cuatro de la mañana. Cualquiera llamaba a Piera para preguntarle a cuánto se vendía ella, por lo menos esperaba que estuviese por encima de 10 euros, llevaba toda la vida estudiando. --¡No valgo nada! --pensé--. Los bastos filter blandos que fumo y compro en el dispensador de la cafetería me cuestan 5,05 euros. Vamos, que me he convertido en un vulgar paquete de cigarrillos y cada vez que consumo una cajetilla tiro casi una hora de mi vida al cubo de la basura para pagarlo. ¿Y si le digo a mi madre que eche a Margarita, la limpiadora, y me contrate? Diría que estoy loco y tengo la cabeza llena de grillos. Cogí mi agenda. Tomé el rotulador rojo y escribí: «Dejar de fumar..., idiota». Y seguí leyendo.
*
Uno de los motivos principales por los que escribo este libro es el deseo de enseñar a los demás la consecución de ingresos pasivos de forma reiterada. Muchas de las situaciones críticas que durante esta crisis han llevado a familias de clase media a situarse en el umbral de la pobreza se habrían evitado si, durante nuestra época escolar, hubiésemos cursado una asignatura con nombre y apellido: Educación Financiera. Lamentablemente, el sistema escolar de nuestro país a fecha de hoy no incluye entre sus materias regladas este tipo de asignatura que, desde mi punto de vista, es básica. Siempre he pensado que si en la actualidad, mi querido lector, no eres autónomo financieramente hablando, es solo y exclusivamente porque nadie te lo ha enseñado. Del mismo modo, temo que en el futuro no sea posible transmitírselo a tus hijos, a menos que después de la lectura de este libro, te percates de que tienes una laguna en tus conocimientos y tomes las medidas pertinentes para subsanarla, como me ocurrió a mí hace ya años. Cambiar mi mente de funcionaria, cuya aspiración máxima era un puesto fijo y una paga baja, a emprendedora en búsqueda de ingresos pasivos para alcanzar mi independencia financiera fue todo un proceso mental y de formación. Alcancé el objetivo y creo que otras personas pueden seguir mi trayectoria. Desde estas páginas te explicaré mi metamorfosis. Me ayudaré no solo de mis personajes, sino también de las historias de aquellos que me influyeron para cambiar de mentalidad. Bienvenido al mundo del trading, mi profesión. Espero que mi libro te ayude a adquirir conocimientos y, ¿quién sabe?, tal vez un día seas uno de los nuestros.
*
¡Vaya! La una y media de la madrugada. Detuve la lectura. Cerré el libro muy a pesar mío y me metí en la cama. Estaba impresionado por lo que llevaba leído y lo que hasta ahora había investigado por mi cuenta, pero, incrédulo por naturaleza, no pensaba dejarme impresionar. Pondría en cuarentena toda la información hasta comprobarla por mí mismo. A fin de cuentas, ¡si fuese tan fácil, todo el mundo lo haría! ¿O no? Mañana pensaré en ello. Será mejor irse a dormir.
EPISODIO 2
El viaje
El viernes por la mañana tomé el con tren destino a Granada. Opté por este medio por ser lento y así poder leer algo más del libro antes de mi llegada a la capital. Lamentablemente, el típico pesado con ganas de hablar tomó posesión del asiento vecino al mío, impidiéndome la lectura. Este descansó sobre mis rodillas todo el trayecto, tras tres intentos infructuosos de apertura, que me hicieron renunciar definitivamente a mi deseo de leer y atender al anhelo de ser escuchado del viajero que me tocó en suerte. Había reservado una habitación en el hostal Costa Azul en la calle Rosario, número 5, que había sido arrendado curiosamente por un familiar durante los años 50 o 60. Mi madre me lo comentó y me pareció simpático investigar el tema mientras me alojaba allí. Hostal sencillo y acogedor situado en el centro de la ciudad, con un patio central con fuente, árboles y plantas, que haría más soportable el calor de la capital. La habitación, modesta pero cómoda, daba al atrio interior decorado con macetas, que se veían desde mi ventana. Encendí el ordenador. «Hoy solo veinte correos», pensé disponiéndome a abrir el que más me interesaba, el correo que tenía por título: «stronzo, qua hai le tue domande» («capullo, aquí tienes tus preguntas»). Evidentemente Pierrina seguía enfadada, su temperamento italiano me haría sudar el perdón antes de que este llegase. Era como Sofía Loren en pelirrojo y con pecas. Protestaba, pero, por supuesto, era la mejor colaboradora que se podía pedir. Cien preguntas, ni una más ni una menos, concisas y al grano. Sonó el teléfono y contesté. --¿Sí, dígame? --pregunté mientras sorbía mi café y mantenía la vista en la pantalla del ordenador. --Buon giorno. --Piera? Sei te? --Non mi chiamo Piera --respondió la voz--, de momento no me va cambiar de nombre, aunque reconozco que es un nombre bonito. Siento defraudarte, pero soy Francisca. Derramé el café ardiendo, que fue a caer directamente en mis pantalones y quemó mis partes nobles. Contuve un grito de dolor. --¿Sigue ahí, Sergio? --repitió. Me alcé de la silla. Estaba nervioso y desorientado. --Un piacere Francisca, ¿le molesta si la tuteo, visto que tendrá que soportar mi presencia la próxima semana? --Faltaría más. ¿Tiene mi dirección? --Sí, la tengo. --Le espero esta noche dopo cena en mi casa, así podremos vernos las caras. ¿Le parece bien a las diez? --Sí, por supuesto --contesté.
--Como le oigo un poco cansado, le mandaré un SMS para recordárselo con la dirección exacta. Sea puntual. --Ci vediamo dopo. --A dopo. Me tiré en la cama de un salto y comencé a pensar qué me pondría para causar buena impresión. De ello y de mi buen tacto dependería conseguir o no el artículo. Me senté junto a la ventana, donde había más luz, y retomé la lectura del libro en el punto en el que me había detenido la noche anterior.
CAPÍTULO 1 *
P LAN B
El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad. VÍCTOR HUGO Emanciparse y ser libre financieramente hablando es el sueño de la mayoría. El conjunto de la sociedad tiene como finalidad ser autosuficiente, pero son pocos los afortunados que alcanzan ese estado ideal. Dicho lo anterior, queda claro que si deseamos alcanzar nuestro objetivo ante todo tenemos que plantearnos una estrategia. El sistema laboral de nuestra sociedad está organizado para que muchos trabajen para unos pocos. Desde que dejamos el colegio nos animan a consumir y, por tanto, a endeudarnos con todos los sistemas posibles: tarjetas de crédito, hipotecas, pagos a plazos, etc., y resulta una labor de titanes conseguir ahorrar algo de dinero. Tenemos que considerar que el dinero ahorrado, ya sea en metálico o que poseamos en nuestra cuenta corriente, forma parte de nuestro patrimonio. El problema es que si metiésemos nuestro dinero bajo un colchón o bien en una cuenta bancaria, que no nos da ningún interés, el paso del tiempo le afectaría y siempre sería para perjuicio del mismo. El dinero que tenemos hoy en nuestra cuenta vale más que la misma cantidad dentro de diez años, ¿por qué?, simplemente porque los precios suben. Es lo que se denomina «inflación». El dinero nos sirve para adquirir bienes o servicios que con el paso del tiempo suben de precio, y esto imposibilita que, con igual cantidad de dinero en metálico, podamos comprar mañana lo que compramos hoy. La inflación es la subida generalizada de precios, es decir, un aumento en el coste de todos los productos y servicios de un país o zona geográfica. Ejemplo: imaginemos una inflación del 3% y un sujeto con unos gastos de 1000 euros al mes. Para mantenerse a fecha de hoy, el año que viene necesitará un 3% más, o sea, 1030 euros. Si en los años sucesivos vive con los mismos 1000 euros, cada año que pase vivirá un 3% peor que el año precedente. Mientras una obra de arte de un pintor conocido, una casa, una joya, el oro, etc., pueden depreciarse o apreciarse con el paso del tiempo y quedar por debajo o por
encima de la inflación existente, el dinero en cash o en metálico siempre perderá valor. De ahí que sea vital invertir bien nuestro dinero. Y por lo menos sería sumamente interesante que nuestra cultura financiera nos permitiera gestionarlo por nosotros mismos o tener el conocimiento para dejar nuestro patrimonio, por pequeño o grande que sea, en las manos correctas de profesionales del sector, y no limitarnos a obtener los consejos de algún amigo con igual o menor instrucción que nosotros por muy bien intencionado que esté. 1.ª regla: defendernos de la inflación.
amigo Erizo te avisa de lo que no debes hacer. En periodos de crisis como el que atravesamos, son frecuentes los casos de personas con un gran patrimonio en bienes de diversa índole, sobre todo inmuebles y sin ningún poder adquisitivo, atrapadas en lo que Kiyosaki llama la «deuda negativa o mala». En la gestión de nuestro patrimonio la primera regla a respetar es: no quedarnos sin liquidez para poder afrontar posibles imprevistos o necesidades económicas que surjan en nuestra vida diaria. Tenemos que encontrar un sistema para revalorizar nuestro patrimonio, tanto el inmovilizado como el dinero líquido, que nos permita vencer la pérdida de valor que el paso del tiempo puede producir sobre nuestros bienes batiendo a la inflación. En este manual vamos a aprender un sistema para hacerlo: la bolsa, como medio para alcanzar la independencia financiera y tener un sueldo extra. Dentro de nuestra estrategia tenemos que marcar nuestro objetivo mínimo que, por supuesto, no será otro que estar por encima del IPC marcado para el año en curso, aunque no debemos conformarnos solo con ese objetivo, ya que en tal caso no conseguiremos rentabilizar nuestro capital, solo que no pierda valor. Además, a priori no todos los bienes se aprecian o deprecian igual. En el mercado existe una gran variedad de productos y servicios, por ello el índice de precios al consumo (IPC) se elabora en función de unos cuantos, aquellos más habituales y más relacionados con la economía familiar y real. Por ejemplo: alimentación, vivienda, medicina, transporte, comunicación, enseñanza, ocio, etc. Al no ser magos y no tener la capacidad de predecir el futuro, no podemos conformarnos solo con superar el futuro IPC. Nuestro objetivo tiene que ser aprovechar todas las oportunidades que nos surjan en nuestra trayectoria como «futuros inversionistas»para conseguir el máximo beneficio posible. De eso se trata, vamos a pasar del cuadrante del flujo del dinero, donde nos hallamos, a saltar al cuadrante más favorable, el de inversor. Ello nos obliga a aprender la norma que rige el mundo del dinero para alcanzar nuestro sueño y que es también el lema de mi empresa: «No trabajes por dinero, haz que el dinero trabaje
¡NO TE PINCHES! Nuestro
para ti». Como bien dice Jorge del Canto, gran amigo y prologuista de mi primer libro, en su obra Gane dinero operando en bolsa, de lectura imprescindible: «No se trata de convertirse en millonario con la actividad que este libro pretende acercarle y facilitarle. Usted siga con su vida normal, con su trabajo y el resto de sus actividades cotidianas, y ponga a trabajar a su dinero participando en la toma de decisiones para obtener un buen rendimiento». Estás a punto de traspasar la puerta que te permitirá acceder al trading. ¡Bienvenido al mejor trabajo del mundo!
EPISODIO 3
El encuentro
Caminar en junio por el barrio del Albaicín es envolverse en perfume de azahar y jazmín. Este mágico lugar es un pequeño pueblo en una colina en el centro de Granada y frente a la Alhambra. Era el núcleo de la Granada musulmana. Su diseño urbano proviene de la época nazarí, con calles estrechas, en un complejo laberinto de vías que parten de la zona alta del barrio, la famosa plaza de San Nicolás, hasta el trayecto del río Darro. Seguía la ruta en el GPS de mi Iphone y me paré ante una hermosa puerta de madera bien lustrada con un llamador en bronce. A la izquierda, en cerámica de Fajalauza un cartel decía: «Carmen de la Santa Paciencia». --Curioso nombre para una casa --pensé. Había leído en mi guía que «carmen» era el denominativo para casa morisca con jardín y fuente, que debía tener vistas a la Alhambra si quería tener valor inmobiliario. Sentía curiosidad insana por ver la casa de Francisca y si gozaba de los requisitos para ese nombre. Aunque me imaginaba que sería especial, nada me había preparado para lo que vi. Temía el momento del encuentro. Sin embargo, lo que había empezado como un tema sin interés se estaba convirtiendo en todo un listado de preguntas que me venían a la mente, especialmente tras el amplio e-mail de Piera. Parecía imposible que todavía hoy alguien consiguiese alcanzar la independencia financiera partiendo de cero y disponer de tiempo para lo que quisiese. Había visitado la página web y el blog de Francisca. En este último tenía colgada una fotografía en las Maldivas: el mar de fondo circundado de arena finísima y, sobre ella, un ordenador. El subtítulo era «trading en el paraíso». Reconocí que empezaba a sentir curiosidad por su profesión de trader y si era algo a lo que cualquier persona se pudiese dedicar o requería cualidades especiales. No podían haber elegido a nadie más ignorante en la materia para este artículo y para iniciarse en el trading. Llamé al timbre. Una señora muy simpática con voz risueña y cantarina que dijo llamarse Mari me dio la bienvenida. Comenzamos a descender por un laberinto de jardín que se descolgaba en bancales. Perfectamente cortados los setos, en su interior había naranjos, buganvillas, damas de noche y rosales. Paré en seco. Frente a mí, solo para mis ojos lucía la Alhambra, iluminada en todo su esplendor. Ni siquiera en el Mirador de San Nicolás había una vista tan majestuosa, ya que allí estaba limpia de antenas de televisión que obstruyeran la visión y parecía brillar. Sobre la Torre de la Vela la media luna árabe y la estrella Venus. Creí estar en un cuento de Las mil y una noches. --Le piace? --preguntó una voz detrás de un seto--. Compré la casa solo y exclusivamente por la vista. Estaba destruida y hubo que rehabilitarla completamente, pero fue una ventaja, ya que los muros ahora son amplias cristaleras que se abren al monumento --dijo mirándome a la cara. --Ti ricordi il film «Pretty woman»? --pregunté extasiado con la mirada fija al
frente--, ¿cuándo la vecina de palco pregunta a Julia Roberts si le gusta la ópera? Considere su respuesta la mía aunque suene vulgar. Aparté la vista del palacio-fortaleza árabe y la fijé en quien sabía era Francisca, por las fotografías que de ella había visto. Desde el escalón superior del pasillo del jardín yo gozaba de una buena posición para mirarla y valorarla. Estalló en una carcajada espontánea. No esperaba mi comentario. Llevaba un vestido de algodón ceñido al cuerpo. Estaría en los cuarenta muy bien llevados, se notaba que iba al gimnasio. Pero al acercarse a mí para estrechar mi mano, me impactaron sus ojos árabes pintados con khol y sus pestañas. No era bella, pero sí llamativa y condenadamente segura de sí misma. Vi honestidad en su mirada. En seguida supe que conectaríamos. --¿Cómo fue su viaje? ¿Es la primera vez que viene a Granada? --Bueno a la primera pregunta y sí a la segunda --sonreí exageradamente mostrando mi perfecta sonrisa, dispuesto a impresionar a aquella mujer como fuese. --¿Quiere tomar algo? Tengo limoncello de Sorrento fatto in casa por unos amigos míos. --Fantástico. Desapareció en dirección al salón. Estábamos sentados en el balcón de la casa en cómodos sillones de madera. Sonaba la música de Vivaldi, en concreto Las cuatro estaciones. --¿Por qué le han elegido a usted para la entrevista? ¿Es experto en los mercados financieros? La miré fijamente y valoré en unos segundos si era lícito mentir o me convenía ser honesto, y opté por lo segundo. --No tengo ni pajolera idea sobre finanzas y no sé nada sobre lo que haces. Consideraron en la redacción que siendo mitad español y mitad italiano ganaría algún punto y que mi buena planta haría el resto. En cuanto a tu libro, ni siquiera he tenido tiempo de leerlo, voy por la página 30. Mi jefe, y son palabras textuales, me dijo que si no venía me ponía de patitas en la calle. Lo largué todo deprisa y sin respirar, como cuando acudía al confesionario de niño y soltaba todos mis pecados en ristra. Me sentí liberado, ahora podía ser yo mismo. Nos miramos a los ojos y esta vez estallamos en carcajadas al unísono. Se nos saltaron las lágrimas. --Pocas personas tienen la capacidad de sorprenderme, Massei, pero indiscutiblemente eres una de ellas. Me gusta tu honestidad. ¿Qué pasaría si no te concediera la entrevista y no te formara como trader? --Engrosaría la lista de parados de este país. --No podemos permitirlo...Certo? --Certo. De acuerdo Sergio, pero no tomarás notas. Tengo una taquígrafa que trabaja para mí. Ella transcribirá tus preguntas y mis respuestas. Cuando estén como yo deseo, te las mandaré por e-mail y no cambiarás ni una coma. --Siamo d'accordo?
--Hasta cierto punto. Me miró de nuevo sorprendida y preguntó: --¿Y qué punto es ese? --Tenemos que usar mis preguntas, si no mi antigua novia no querrá verme nunca más. Le pedí que me preparase un listado con sus alumnos y trabajó contrarreloj para sacarme del aprieto. Si no las ve en mi artículo, soy Sergio muerto. Esbozó una sonrisa ante mi franqueza. --Está bien. Sergio medio vivo, no sé si será tu novia o yo quien acabe contigo. Pásame tus preguntas por e-mail, pídeselo a Irene, mi taquígrafa. A cambio, Pilar me ha pedido que te convierta en un trader, y como me llamo Franci que vamos a hacer realidad la frase de Richard Dennis «el trader no nace, el trader se hace». Espero verte muy motivado. Mañana empezamos la clase, te quiero aquí a las doce de la mañana. Ahora te dejo, termínate el limoncello tranquilamente y disfruta de la vista, es la mejor hora. Perdona si no me quedo, pero estoy cansada. A domani, Sergio. --Buona notte, Francisca. Desapareció por la vidriera del salón y me quedé con una sonrisa de oreja a oreja, mirando la cartulina que tenía ante mis ojos. Lo había conseguido, «¡yujuu!», grité por lo bajo. Terminé la bebida y bajé a mi hotel dando saltos de alegría. Me acomodé en el sillón orejero de la habitación apoyando los pies en el borde de la cama y, con el flexo orientado hacia el libro, reanudé mi lectura donde me había quedado.
CAPÍTULO 2 *
DINERO
V a hablar en este capítulo de dinero. oy El dinero es algo vital en nuestras vidas, nos guste o no. Lo necesitamos para comprar los productos básicos para subsistir y alimentarnos. Lo necesitamos para movernos de un sitio a otro. Lo necesitamos para educarnos y adquirir los libros en las escuelas. Lo necesitamos para vestirnos. Por tanto, estemos a favor o en contra del dinero, absolutamente todos, por muy poco que de él dispongamos, tenemos de un modo u otro relación con el dinero. El dinero tiene una carga negativa asimilada, tanto culturalmente como moralmente, a lo que es correcto en nuestra sociedad latina. No está bien visto hablar de dinero y mucho menos vanagloriarse de tenerlo. Es impensable que un español conozca en una reunión a otra persona y, tras intercambiarse los nombres, tener conocimiento de la empresa en la que el otro trabaja y a lo que se dedica, preguntarle a bocajarro: --Perdona, ¿tú cuánto ganas al año? --Pues mira, este año mi empresa, con los buenos resultados obtenidos, nos ha subido el sueldo a los directivos, y estoy en 50 000 euros anuales. Una conversación del todo fuera de contexto en países como Italia, España, Portugal o Grecia. Sin embargo, es el pan de cada día en los Estados Unidos. Ningún conversador se sentiría ofendido, es más, seguramente le encantaría compartir cómo fue su historia de éxito. Si estuviésemos reunidos en una sala en este momento y pidiera en voz alta a los presentes: --¿Cuántos de los oyentes el 22 de diciembre tienen al menos un décimo de lotería? Seguramente habría muchas manos alzadas. ¿Por qué? La respuesta es ganar dinero. TRES MOTIVOS POR LOS QUE QUEREMOS SER RICOS O TENER DINERO Cada una de las personas que lean este libro tendrá un umbral o expectativa de riqueza diferente. Habrá personas que digan que con 3000 euros mensuales cubren sus necesidades e incluso les sobre, y no necesiten más. Otras personas hablarán de 10 000 euros al mes. Si siguiera preguntando, otros entrevistados me hablarían de cifras anuales o incluso de millones para retirarse. Todo cambia en virtud de la persona, pero siempre tendremos los mismos motivos a la hora de decidir por qué queremos tener dinero o ser ricos.
Contribuir a construir un mundo mejor
Este tipo de personas están en la fase legado. Ya son ricas, alcanzaron sus objetivos, tienen todas sus necesidades cubiertas y, por tanto, intentan ayudar a aquellos que todavía no lo han conseguido o que jamás lo conseguirán por mucho que lo intenten (tal vez la zona geográfica en la que nacieron juega en su contra. La familia que les tocó en suerte era pobre); ayudar a personas con dificultad, creando una fundación, etc., dar esperanza a quien no la tiene. Warrent Buffet y Bill Gates son un ejemplo de figuras que ya se encuentran en la fase legado a gran escala.
Reinventarnos para ser mejores personas
Para tener dinero tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. Ser fuertes desde el punto de vista mental y emocional. Tenemos que saber esquivar los obstáculos, enfrentarnos a los desafíos y aprender a tener una buena relación con el dinero. Todos hemos oído historias de personas que ganaron a la lotería y varios años después estaban incluso peor que cuando les tocó el premio.
Cambio de vida (el motivo estrella)
Si pudiese hablar uno a uno con todos mis lectores, este sería el argumento que más se escucharía. Viajar a algún país exótico o playa paradisiaca, conducir un Ferrari por tener uno propio, comprarse la casa de sus sueños o, tal vez, si lo tuyo es la cocina, un curso de Le Cordón Bleu en París. De nuevo, como hay gustos, hay colores.
Billie Bob Harrell, Jr. Premio: 31 millones de dólares Tiempo para arruinarse: 20 meses Harrell era justo el tipo de persona que necesitaba que le tocara la lotería. Prácticamente al borde del colapso económico, subsistía con trabajos temporales precarios, mal remunerados. Casado, con tres hijos a su cargo. En 1997 ganó 31 millones de dólares en la lotería del estado de Texas. Lo primero que hizo fue liquidar todas las deudas que tenía contraídas. Parecía tener todo de cara, pero su gran generosidad le pasó factura. Tras cobrar el premio se licenció, trasladándose con su familia a Hawái. Compró bienes inmuebles familiares, donó dinero a su parroquia, saldó las deudas de sus allegados y amigos. Su filantropía le costó caro: se difundió el rumor, la gente comenzó a seguirle y tuvo que desaparecer. Su cruz fue confiar su dinero a una gestora que lo
estafó. Tras su separación, uno de sus hijos lo halló muerto. «Ganar la lotería es lo peor que me ha pasado nunca», explicó a un asesor financiero poco antes de acabar con su vida.
Tengo que romper una lanza a favor de la lotería europea (Euromillones) que, teniendo uno de los premios de lotería más importantes del mundo, tiene un equipo de psicólogos y gestores, quienes en el momento en que se conoce quién es el afortunado con el primer premio (una ingente cantidad económica, en los casos en que recae sobre una sola persona), acuden a asesorarlo y a darle el apoyo psicológico necesario para adaptarse a su cambio de vida. He tenido el placer de conocer a alguien que formó parte de ese selecto grupo durante varios años y con sus conocimientos de inversión y mercados bursátiles ayudó a prevenir que los ganadores perdiesen su patrimonio en pocos años. Hasta para tener dinero hay que estar preparado. ¿QUÉ ES LA RIQUEZA PARA MÍ? = INDEPENDENCIA FINANCIERA · Es tiempo para hacer lo que quieras. · Dinero, ¡ojo!, suficiente para ser propietario de tu tiempo. Esa cantidad de dinero dependerá de las expectativas que tenga cada persona y de sus valores, que le harán conformarse con una menor o mayor cantidad de dinero.
CAPÍTULO 3 *
¿CÓMO CONSTRUYO MI PLAN B ? TRES NEGOCIOS QUE REQUIEREN POCO DINERO
V a exponerte aquí tres negocios que requieren un ínfimo capital para empezar y oy voy a proporcionar ejemplos de personas que lo consiguieron. TENER UNA IDEA U OFRECER UN SERVICIO Y VENDERLO EN INTERNET Sin miedo a equivocarme puedo decir que internet es el gran descubrimiento de nuestra era. Como en su día lo fueran el fuego o la rueda, que cambiaron hábitos y costumbres. Nos da la posibilidad de vender y comprar cualquier producto. Hoy en día, con un ordenador y a golpe de ratón se están creando más millonarios que en toda la historia anterior. La gran ventaja de internet es que pone en manos de «personas normales» una herramienta de información y conocimiento que antes solo estaba en manos de personas acaudaladas y con contactos. Muchas personas tienen buenas ideas, pero les falta el coraje para llevarlas a la práctica. Internet se puede utilizar de dos formas: · Para montar tu negocio desde tu propia casa. · Para mejorar uno que ya posees, aumentando las ventas. Para saber ganar dinero en internet no se requiere gran conocimiento en tecnología y programación, solo una cosa: saber detectar una oportunidad. Yo equiparo la guerra con ganar dinero. Tenemos dos bandos, como en un partido de fútbol, que juegan en campos diferentes. La información y el conocimiento ayudan a generar la mejor estrategia. Para mí la clave del éxito está en el knowledge o conocimiento del terreno en el que nos movemos, me da igual que sea internet o los mercados financieros. Todo comienza con tener una idea. Esa idea hay que llevarla a la práctica utilizando un plan de negocio. Requiere tener visión de futuro e imaginarse el proyecto mentalmente, ver dónde puede llegar en el futuro una vez ejecutado. No todos tenemos la capacidad de ver en la distancia el resultado de una idea en ciernes, en realidad esta capacidad la tienen pocas personas.
En 1849 se puso de moda un negocio que se denominó posteriormente «la fiebre
del oro». La ciudad de San Franciscotenía una población de 1000 habitantes en esa fecha, hasta que se corrió la voz de que en los ríos de la zona solo hacía falta un pico, un cedazo para filtrar la arena del lecho del río y una pala para extraer el preciado material, y convertirse en rico de la noche a la mañana era un juego de niños. No fue un minero el que se hizo el hombre más rico de California, sino Samuel Brannan. Este perspicaz empresario abrió su tienda cerca de los campos de oro, la primera de una futura gran cadena. Su idea, suministrar el material a los mineros para llevar a cabo su sueño. Cientos de miles de personas se asentaron en la población de San Francisco, que en dos años paso de 1000 a 25 000 almas. Samuel se hizo de oro sin buscarlo. En internet hay muchas personas que no se hacen ricas con una idea, sino dando apoyo a las que han tenido otros. Todas las personas que buscan «oro» en internet se encuentran con que necesitan personas con conocimiento informático que les ayuden a llevar su idea a la práctica. Cuando las empresas están montadas, con el paso del tiempo requieren nuevas visiones de marketing, relaciones diferentes con otras empresas que suponen generar nuevas estructuras, etc. A veces, tener el pico y la pala es igual de bueno que tener la idea. Lo importante es estar en uno de los dos bandos.
A veces las mejores ideas nacen de la desesperación. Hace años estuve visitando la Universidad de Harvard, en Boston. Una de las cosas que más me chocaron, como a otros españoles que acuden a un campus americano, es la falta de lavadoras. Estas se concentran en unos locales que en inglés se denominan laundry, en los que llegan a generarse largas colas. Un estudiante universitario, harto de perder tiempo esperando su turno, tuvo una idea genial de la cual pude beneficiarme directamente. Un día, durante mi primera toma de contacto con el campus, me aconsejaron que si no quería esperar para hacer mi colada visitase el sitio www.laundryview.com. Eso hice: se trata de una aplicación, desarrollada por el desesperado estudiante antes mencionado, que, a través del móvil o desde cualquier dispositivo con acceso a internet, permite saber cuál es la situación en la lavandería. ¡Una gran idea! Para llegar a ser operador bursátil intradiario, y además tener éxito, tienes que cambiar muchas cosas en tu mente. Por lo pronto, entras en un mundo nuevo, te ves obligado a abandonar tu zona de confort. El problema es que si no pruebas, ¿cómo vas a saber si eres apto para este negocio? He tenido mucho miedo a lo largo de mi carrera de trader. El camino hacia mi independencia financiera no fue fácil. Pensé, en ocasiones, en dejarlo y me tomé periodos de reflexión sin operar en el mercado. Al final, fue mi deseo de alcanzar mi
sueño y superar mis límites, y sobre todo creer en mí, lo que me ha hecho alcanzar los objetivos que me he marcado en la vida. Dicen que hay cuatro cosas que te obligan a conocerte a ti mismo: · Perder a un ser amado: un padre, una madre, un hijo, un esposo, una esposa. · Sufrir un abandono sentimental te exige pararte en el camino de la vida y reflexionar sobre el lugar de donde vienes y en qué dirección quieres caminar en el futuro. · Pasar por una enfermedad terminal y conseguir salvarte, aunque sea con secuelas, te hace descubrir lo frágiles que somos y el valor del tiempo. Derrochamos nuestro bien más preciado en nimiedades y no valoramos la suerte que tenemos de estar vivos y de tener la capacidad de reinventarnos. · Ponernos delante de la pantalla del ordenador para ser traders. Entrar en el mercado real y ganar o perder dinero extrae de ti tus emociones y sentimientos más profundos, al dejarte indefenso ante la realidad de no tener nadie a quien culpar de tus errores. Sentimientos como la avaricia, la codicia, el miedo, el pánico, la inseguridad son algunos de los muchos que visitan al trader que opera en los mercados bursátiles. El secreto no está en luchar contra ellos, sino en convivir con ellos. Hasta que esta semilla de la sabiduría entra en tu cabeza, tú y solo tú eres el mayor enemigo que tienes. La toma de decisiones es una de las operaciones más duras que tenemos en la vida diaria. En un momento de incertidumbre no sabemos qué nos deparará el destino si tomamos la senda equivocada. Durante una sesión operativa de bolsa, es probable que al menos tomemos seis decisiones en cuestión de segundos. Mentalmente tenemos que estar preparados para aceptar las consecuencias de nuestros actos sin caer en la tragedia. Aceptar tus errores y aprender de ellos es la labor más difícil de los operadores bursátiles. Cuando se consigue, no solo mejora tu actividad, sino toda tu vida, al conseguir dar el salto a la independencia financiera. EL MARKETING MULTINIVEL O MLM El «marketing multinivel» es una estrategia de marketing. Es un modelo de negocio en el cual los consumidores se convierten en distribuidores directos de los productos que comercializa la empresa. En este sistema a los distribuidores, que son consumidores a la vez, se los denomina networkers y se encargan de comercializar los productos de la compañía a la vez que buscan captar nuevos clientes para que simultáneamente vendan dichos productos. Los vendedores reciben sus honorarios tanto por las ventas que producen como por las generadas por los clientes que han reclutado. La inclusión sucesiva de networkers hace que se genere una verdadera red de comercialización, en la cual existe una disposición jerárquica según el orden cronológico de ingreso al multinivel. Funciona muy bien en Estados Unidos, no tan bien en nuestro país por la mentalidad latina.
Se reconoce por otras denominaciones del tipo de «venta piramidal», «marketing en red» o «marketing de referidos». Estas compañías han sido muy criticadas por los fraudes que han cometido y han llevado a una falta de confianza al público en general, a pesar de que la idea en que se basan era excelente.
En un viaje a Sevilla, Pilar Sánchez, mi maravillosa y querida agente literaria, y a día de hoy sobre todo amiga, tuvo el gusto de presentarme a un empresario de Sevilla. Original como la vida misma, este emprendedor había decidido quedarse con la distribución de leche de la marca Celta en Andalucía para organizar en función de este producto un MLM. Propone comprar a un módico precio anual leche para todo el año, que te sirven en la puerta de tu casa. El día que no quieres consumirla, la puedes regalar a un amigo o bien pedir a la empresa que tu litro diario lo cedan a Caritas. En Sevilla más de 200 litros llegan diariamente para ayudar a esta entidad sin ánimo de lucro. Además, en la cadena humana que se está formando, cada eslabón se beneficia del anterior económicamente. La idea y el entusiasmo del empresario me hicieron pensar que a veces lo único que se requiere es creer en un proyecto para ponerlo en pie. Desde estas páginas espero que tu proyecto dure en el tiempo, aunque solo sea por la labor benéfica que hay detrás. EL TRADING... ¿PERO QUÉ ES? El trading consiste en comprar y vender instrumentos financieros. Cuando hablo de instrumentos financieros me refiero a elementos como las acciones, las divisas, materias primas, CFD, índices bursátiles, bonos, etc. Cuando la operación que abrimos en el mercado se hace para un periodo superior a seis semanas, decimos que hacemos swingtrading. Cuando la operación que abrimos tiene como marco temporal un periodo entre dos días y seis semanas, estamos en la categoría de trading. En cambio, si nos movemos solo en un marco diario somos day traders. Los day traders pueden hacer operativa diaria con apertura y cierre de posiciones en el mercado en el que se muevan, pero es vital que dichas posiciones las terminen antes del cierre del mercado en el que se hallen. La versión más agresiva del trading es el scalper. Es day trader pero su misión es tomar pequeñas ganancias del mercado con la consigna suma y sigue. Este profesional no gusta de permanecer mucho tiempo con su operativa abierta. Lo normal es que esté minutos y es raro que pase a la temporalidad de una hora; si lo hace, su objetivo será siempre cerrar antes de que lo haga el instrumento financiero
en el que está haciendo trading. Años atrás el trading era una actividad reservada a la élite de las finanzas, generalmente grandes especuladores, algo así como Michael Douglas en la película Wall Street. Los hedge funds o grandes fondos de inversión y los brókers pertenecían también a este grupo. Sin embargo, el trading cambió radicalmente con la llegada de internet. Hasta entonces este negocio se llevaba a cabo a través del banco, donde se daba la orden. Otra posibilidad era la orden cursada telefónicamente.
George Soros espresidente de Soros Fund Management y está considerado el trader número uno en el ranking mundial. El motivo: los mil millones de dólares que consiguió en un solo día con la crisis de divisas que hubo en el Reino Unido en 1992. Se le conoce como «el hombre que quebró el Banco de Inglaterra» por aquella hazaña.
EPISODIO 4
Mi primer día de clase
--¿Has visto alguna vez un gráfico de bolsa? --preguntó Francisca mirándome fijamente. --No --contesté con cierta vergüenza. --No te preocupes, contaba con ello --respondió--; sígueme, vamos a mi centro de operaciones, «el portaaviones». La seguí intentando no perderme entre las galerías de la casa. Subimos unas escaleras y aparecimos en una especie de torreón. Las paredes pintadas en color bermellón oscuro invitaban a la concentración. Una gran mesa de cristal y, sobre ella, un ordenador portátil y un gran mapamundi lleno de pequeñas chinchetas. Me quedé mirándolas fijamente. --Los lugares que he visitado --repuso ella. --¡Vaya, has viajado mucho! --dije sorprendido. El estudio estaba lleno de fotografías de todos los rincones del mundo. Sin embargo, la mejor fotografía estaba a mi espalda: la Alhambra en todo su esplendor. Se agachó y con agilidad encendió un aparato que estaba bajo la mesa. --¿Sabes lo que se necesita para hacer trading? --preguntó a bocajarro. Me quedé parado y mirándola. Me recordó a mis años escolares cuando el profesor me pillaba con los deberes sin hacer. No me atreví a contestar, me limité a mover la cabeza en sentido negativo. --Mientras yo preparo el equipo para ver los gráficos, siéntate en aquel sillón, bajo la ventana, quiero que leas el capítulo de mi libro donde lo explico, así podremos entrar directamente en los gráficos. Cogí el libro de sus manos y me senté donde me había señalado. Abrí el libro y comencé la lectura.
CAPÍTULO 4 *
EL NEGOCIO DEL TRADING
No tener jefes. Dedicarnos a nuestras aficiones. Elegir tomar vacaciones cuando nos apetezca y, lo más importante, tener el conocimiento para ganar dinero, donde y cua
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