Homenaje a Fernando Jiménez del Oso

Se marchó, en un último movimiento genial, en pleno Domingo de Resurrección. Ocurrió hace justo una década. Por aquel entonces todos los integrantes del equipo de Milenio3 habían trabajado y aprendido con él. Por eso este homenaje, emitido el 27 de marzo de 2005, fue tan especial.

Fernando Jiménez del Oso no solo fue aquel hombre de la barba y las eternas ojeras que se coló en el inconsciente de muchos niños en la década de los setenta. Fue además -y sobre todo- un curioso impenitente, un viajero incansable y un psiquiatra que, debido a su formación académica, consiguió aportar al misterio un componente de lucidez y seriedad que todos, sin excepción, valoran hoy de la forma que se merece.

Fernando nos miraba. Lo hacía siempre en penumbra, desde aquella televisión en blanco y negro. Nos miraba desde las cabeceras de las revistas que fundó. Y de la misma forma que nos escrutaba a nosotros, examinaba con detenimiento -y el punto justo de socarronería- el mundo que le rodeaba. Y entonces comenzaba la magia. Y la fotografía en blanco y negro de un supuesto fantasma en el asiento trasero de un viejo coche, o la imagen parpadeante de un extraño ser moviéndose entre las arenas de Marte se convertían en motivo de pesadillas crónicas para todos. Su voz, pausada y firme, era también hipnótica.

El Milenio3 que hoy recordamos, presentado como siempre por Iker Jiménez y Carmen Porter, reunió a compañeros y amigos como Javier Sierra, Nacho Ares, Francisco Contreras, Pablo Villarrubia, Jesús Callejo, Santiago Camacho, Andrés Aberasturi, Lorenzo Fernández, Julio César Iglesias, Enrique de Vicente o Sebastià D'Arbó. Además, en intervenciones telefónicas que hoy provocan un inevitable estremecimiento, aquella noche pudimos hablar con Germán de Argumosa y Juan Antonio Cebrián, que nos dejarían apenas dos años después.

Fue un programa lleno de anécdotas que sigue emocionando como el primer día. Y es que, diez años después, el recuerdo de Fernando sigue más vivo que nunca.