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En la mañana de hoy en la pequeña ciudad de Mandan, Dakota del Norte, la periodista de Democracy Now! se enfrentará a la Corte del Condado de Morton. El crimen del que se la acusa es llevar a cabo su trabajo: hacer periodismo independiente de los intereses de las corporaciones y comprometido con las causas justas.
El pasado 3 de Septiembre, Amy Goodman se encontraba en Dakota del Norte cubriendo una protesta de los pueblos nativos americanos contra el Oleoducto de Dakota (Dakota Access Pipeline). Los pueblos nativos se oponen a la construcción del oleoducto -que tendrá un costo de $3.8 mil millones de dólares- porque transportará enormes cantidades de crudo de los yacimientos de Bakken a través de sitios sagrados y cementerios nativos; además, los miembros del pueblo nativo de Sioux temen que el oleoducto contamine el Río de Missouri. Las protestas comenzaron en Abril y representan la mayor movilización de los pueblos nativos americanos en 400 años.
La llegada de Amy Goodman a la zona donde ocurrían las protestas, conocida como Standing Rock, fue fundamental. En meses de protesta, ninguna de las grandes cadenas de medios había enviado ni un reportero a cubrir la movilización, y ni siquiera fue mencionada al aire en los canales de noticias. Cuando Amy Goodman llegó a la zona, cubrió el intento desesperado de quienes protestaban por detener un grupo de topadoras que avanzaban intentando destruir la tierra, que para los Sioux, no le pertenece a nadie. Los activistas fueron enfrentados por fuerzas de seguridad privadas que los atacaron con sus perros y gas pimienta.
“La gente atravesó los alambrados; hombres, niños y mujeres” afirmó Goodman con su voz firme, que fue subiendo el tono hasta hacerse más intensa. Mientras, las topadoras y la seguridad privada avanzaban contra los manifestantes que resistían como podían. “¿Por qué estas lanzando los perros contra los manifestantes”? gritó Goodman a uno de los miembros de la seguridad privada mientras una mujer se encontraba tirada en el suelo cubierta de sangre.
El reportaje de Amy Goodman se publicó en el noticiero alternativo Democracy Now!, haciéndose viral en las redes sociales a las pocas horas, para finalmente llegar a las grandes cadenas de noticias que habían ocultado la información, como la CNN, CBS, NBC,? MSNBC, o la NPR.
El trabajo periodístico de Goodman creó una extraña ruptura en el consenso del silencio. Es probable que la rabia que generó su reportaje haya influido en la decisión de Obama de parar el trabajo en el oleoducto unos días después. Con su trabajo, Amy Goodman demostró el potencial transformador del periodismo independiente de los intereses corporativos.
Sin embargo, el 8 de Septiembre la periodista norteamericana recibió la noticia de que el Condado de Morton, en Dakota del Norte, había emitido una orden de arresto en su contra. Los cargos: disturbios, un delito menor castigado con prisión y multa.
Es importante señalar que este no fue el delito originalmente imputado contra Goodman: inicialmente, se la acusó de violar la propiedad privada, también un delito menor. Pero en un claro caso de prevaricato, el Fiscal Ladd Erickson cambió el delito que la periodista supuestamente había cometido días atrás, porque según informó al abogado de Goodman existían “inconvenientes legales” en la acusación de violación a la propiedad privada.
Cuando los medios consultaron al Fiscal sobre los motivos para detener a una periodista, Erickson afirmó que no consideraba a Goodman una periodista sino una manifestante. “Todo lo que dijo fue desde la posición de justificar las acciones de los que protestaban”.
Es decir que para el Fiscal una persona que accedió al lugar de los hechos con un micrófono con el logo de “Democracy Now!”, que relató los sucesos y luego los publicó en un video en un sitio de noticias no es una periodista sino una manifestante; incluso cuando se la puede escuchar en el video identificándose ante un miembro de la seguridad privada como periodista. Pero para el Fiscal no es una periodista, porque defiende una perspectiva contraria a los intereses de las corporaciones y sostiene su propio punto de vista.
“Este arresto es una amenaza contra todos aquellos periodistas que cubren grandes manifestaciones de interés público significativo”, afirmó Carlos Lauria, coordinador para las Américas del Comité para la Protección de los Periodistas. “Las autoridades de Dakota del Norte deberían dejar de hacer el ridículo, retirar los cargos contra Amy Goodman y permitirle a todos los periodistas libertad para hacer su trabajo” señaló.
Hasta el momento, las autoridades de Dakota del Norte no retiraron los cargos contra Amy Goodman, por lo que la periodista debió viajar hasta el Condado de Morton para enfrentar los cargos de los que se la acusa.
La larga lucha de los Sioux en Standing Rock, que es una lucha contra los tratados incumplidos, contra la injusticia ambiental y la cleptomanía de los gobiernos, es más antigua que la existencia misma de Estados Unidos y es tan esencial como su pasado y su futuro. Sin embargo, sin alguien que pueda sostener un micrófono para hacer oír la voz de los activistas, la historia puede llegar a perderse. “Nadie es dueño de estos suelos. Le pertenecen a la Tierra. Nosotros sólo somos sus cuidadores, somos los cuidadores de la Tierra” concluía el mensaje de un hombre con voz ronca y rostro adolorido frente a las cámaras de Democracy Now. Un mensaje que hoy está en riesgo de perderse.
http://pulsodelospueblos.com/periodista-amy-goodman-se-enfrenta-a-la-carcel-por-cubrir-una-manifestacion-de-los-pueblos-nativos-en-dakota-del-norte/
http://www.democracynow.org/es/2016/9/16/dakota_del_norte_contra_amy_goodman
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