Agustí Centelles Ossó fue un pionero del fotoperiodismo europeo reconocido con retraso, en los años 80 del siglo pasado, mucho después de haber realizado un extraordinario trabajo como periodista de guerra durante la contienda civil española.
Agustí Centelles nació en el barrio valenciano de El Grao, pero se formó profesionalmente en Barcelona. Centelles fue un avanzado del fotoperiodismo español en los años 30 del siglo XX y un rebelde que revolucionó el reportaje gráfico en España con unas fotografías de extraordinaria calidad y viveza.
Con su Leica III en ristre, es quizás uno de los mejores fotógrafos del periodo histórico de la Segunda República Española y de la Guerra Civil. Centelles alcanzó un nivel fotográfico comparable, si no superior, al de los mejores fotorreporteros internacionales. Instantáneas suyas, como la Máter Dolorosa de noviembre de 1937 en el cementerio de Lérida, tras el bombardeo de los aviones fascistas italianos, o la familia de refugiados que huyen del pueblo oscense de Tardienta, o la barricada de Guardias de Asalto de la calle Diputación de Barcelona, realizadas entre julio y agosto del 36, son símbolos de la crueldad y la deshumanización de la guerra.
Centelles no fue reconocido hasta mucho tiempo después debido a que él también fue víctima del conflicto bélico. En 1939 tuvo que salir de España como refugiado, con su maleta y su archivo fotográfico bajo el brazo. Un archivo que recuperó pasados 40 años gracias a la generosidad de una familia francesa de Carcasone, que durante ese tiempo conservó clandestinamente el archivo oculto en el desván de su casa. Sus fotografías y su extraordinario valor de memoria histórica se salvaron del caos de los campos de refugiados españoles en el sur de Francia, de las pesquisas de la Gestapo, que le seguían los pasos, y de la policía política del franquismo.
A finales de los años 70 comenzaron a realizarse en España las primeras exposiciones de su obra fotográfica que sirvieron para que muchas personas le descubrieran. En 1984 el Ministerio de Cultura otorgó a Centelles el Premio Nacional de Bellas Artes en Fotografía, que el fotorreportero, ya muy enfermo -fallecería al año siguiente-, no pudo recoger.
Agustí Centelles, la maleta perdida de un fotorreportero de guerra, de Miguel Molleda, recupera su figura con la ayuda de Octavi Centelles, uno de los hijos de Agustí Centelles, y de Joaquín Gasca Gil, documentalista y comisario de diversas exposiciones de Centelles que, junto a su hermano Antón Gasca, documentan la obra de Centelles.
Además, escucharemos la voz del propio Centelles, del Archivo de RTVE, y el testimonio de la escritora Antonina Rodrigo, ex esposa del escritor y combatiente republicano,Eduardo Pons Prades, que desempeñó un papel crucial en el rescate y conservación del archivo fotográfico escondido en la maleta de Centelles.
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Comentarios
Solo con la descripción del episodio ya dan ganas de vomitar, como para escucharlo entero.... ¡Hay que ver como 80 años después puede haber tanto titere incapaz de aceptar una derrota y presto a reescribir la historia...
Cuántas cosas, sobre Centelles, conocidas "a medias"; sin certezas; mediante referencias (que, ahora, se confirman 'bulos', productos de las suposiciones, desconocimiento, desinterés, mala intención, y demás "pecados capitales" patrios, que tan bien nos retratan en ocasiones. Personalmente, me alegro de haberme informado correctamente, y haber obtenido otra imagen muy distinta y menos confusa que me mantenía engañado, e impedía que pudiese amar, admirar, idolatrar al autor de tantas imàgenes, que no sólo me producían una descarga de genialidad viva y talentosa sin fin, sino que conseguía aprender, interactuar, 'comprender', "ver!" a través de los ojos, de los corazones, y del ánima de todo objeto retratado (nunca gratuitamente o en vano). Quizás mi vergonzante falta de vitalidad; la necedad de la egoísta y cobarde inacción de ésta triste etapa de mi existencia, me convierte en un ser injusto y gratuitamente cruel o indolente ante sus inocentes y vitales ojos, ante sus buenas y laudables intenciones, no correspondidas por la más triste y extéril de mis cobardes personalidades, que, todo lo que emprenden, proviene del aburrimiento y del rencor mascullado. Pido mi disculpa, si no he sido noble y honesto con alguien, y quisiera regalar el Arte tan elocuente, tan nuestro e identificable, que nos dejó la mirada, mucho más que técnica y artística, de ése gran testigo y observador de humanos, ejerciendo o imitando la ausencia, en público o privado, de ésa misma condición humana, o la mentalidad racional, de la que nos desposeemos en muchas circunstancias, como de la ropa, cuando nos metemos en las aguas frías de nuestro secreto remanso del río. Ojalá que todos podamos disfrutar, a la triste manera de cada cual, o por primera vez en su vida, de aquella dura Historia de hombres, mujeres y niños, cohetáneos, vecinos, compatriotas, extranjeros,... de un gran fotógrafo de almas siempre desconfiadas y en alerta. (Un gran trabajo, necesario y didáctico. Coincido plenamente con el Sr. Agustí, cuando decía, a cuestión de otro famoso compañero de profesión; "Robert Capa, es el Centelles español".
¡¡¡Genial programa como siempre!!!!!
Bien! Siempre resultan audaces y emocionanttes las vidss de los fotorreporeros de guerra; y tratándose de la Historia de España, además emotiva, de general interés y didáctico conocimiento. Debería formar parte de nuestra Educacón como ciudadanos arraigados en un país con su pasado. O, como mínimo, tener conocimiento de los hechos, como sus vástagos. Muchas gracias, y buen trabajo.