Son las siete de la tarde, las seis de la tarde en Portugal.
Con el debido respeto proclamo que ya estamos hartos de insinuaciones y maledicencias o bien, que ya estamos hartos del dopage. Del de los nuestros y del de todos. Como la mayoría de los políticos la exministra francesa Roselyne Bachelot, o bien se aburre, o bien necesita estar en el candelabro para recuperar notoriedad, no se le ha ocurrido otra cosa que disparar contra el pianista. En este caso: don Rafael Nadal, que dicho sea de paso, está tardando en poner una querella a Mme Bachelot. No tanto por él, sino por el bien del deporte. Si no lo hace, sí que sospecharemos. Él y no sólo él, sino todos los organismos afectados. De sobra es conocido el ambiente enrarecido que han dejado en nuestros vecinos franceses, parisinos diría yo, todas las victorias, de todos los colores y en todos los deportes, que los rojigualdos han conquistado en los Campos Elíseos y aledaños y de sobra es sabido que las victorias de los ibéricos sientan peor que las de cualquier otro representante de cualquier otra latitud. En cualquier caso no nos dispersemos porque esto va más allá de un quítame allá ese Roland Garros. Roselyne Bachelot en lugar de jugar a los guiñoles, debería haber ido directamente a denunciar a don Rafael o a cualquiera. Con esa displicente y chulesca actitud lo único que hace es decir que no sabe nada, pero que sospecha y eso, viniendo de un político -con perdón-, pues qué quieren que les diga, suena cuando menos a caradura. No es serio, no resulta nada serio que un representante público juegue a participar en un programa cualquiera de una telebasura cualquiera. Los estamentos afectados, que según Bachelot hubiesen resultado cómplices de Nadal, también deberían personarse, darse por aludidos e ir a limpiar cualquier sombra de duda. El dopage es un cáncer que ya toca hasta el deporte aficionado, y no es un asunto para tomárselo a broma, la salud de millones de deportistas está en juego y no sólo la salud, la ilusión de millones de aficionados también. La limpieza, el sueño olímpico, la confianza en el juego limpio, todo eso se va a convertir, por mor de actitudes como la de la Sra. Bachelot y la de Nadal si no reacciona y la de los organismos competentes si siguen jugando al avestruz, en un monstruo de varias cabezas. Todo eso está en juego y hay deportes como el ciclismo que están pasando por una severa crisis con incierto final. El Tour de Francia podría verse seriamente deteriorado y les recuerdo a los señores ministros de la insigne República Francesa, que el Tour de Francia se organiza en Francia.
Hoy es 15 de marzo, de aquí a siete días estaremos entrando en pista para aterrizar en plena primavera, motivo más que suficiente para sonreír porque habremos superado con éxito otro invierno.
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