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Comentarios
Verdaderamente escalofriante, muestra sin reparos la realidad oculta tras los escasos cinco años de la utopía hippie. El abuso de las drogas , la extraordinaria juventud de la mayoría de los que escaparon de sus vidas de clase media acomodada y las elucubraciones de los filósofos beatnick reconvertidos en maestros y gurús favorecieron la aproximación de verdaderos sicopatas y delincuentes profesionales que aprovecharon un caldo de cultivo hasta entonces desconocido para el mundo. No sólo Manson y la Familia sino una horda de asesinos en serie como Ted Bundy o Zodiac , falsos seguidores de las más turbias enseñanzas satánicas o líderes espirituales hindúes que poseían harenes de adolescentes al lado de sus colecciones de Rolls Royce, sacaron provecho de los miles de jóvenes desbordados que arrastraron las secuelas de aquellos años durante toda su vida. “Si recuerdas Woodstock es que no estuviste allí “, se dice hoy con la perspectiva del tiempo, pero un año más tarde Altamont demostró quienes habían tomado el mando de la revolución para acabar con ella. El año 1971 acabó con la tercera “J” del mundo de la música y solo quedó un reguero de adictos, supervivientes de una enorme masacre, que habían cambiado el ácido, la marihuana, La Paz y el amor por la maldita aguja que borraría para siempre todos sus recuerdos y marcaría el futuro incierto de toda una generación. Duele escuchar los testimonios del documental pero aún duele más la falta de arrepentimiento y la justificación que aún hoy sostienen quienes ni siquiera estuvieron allí. Lo peor...que puede repetirse...