Muchos de nuestros axiomas son considerados como verdades incuestionables y absolutas porque la élite científica y social así lo ha decidido y se ha encargado de transmitirlo. Así, la sociedad, acostumbrada a seguir los dictámenes de los, digamos, sabios oficiales o a juzgar lo justo o injusto de acuerdo a las leyes promulgadas, suele tener un pensamiento bastante uniforme. Los políticos, cualquiera que sea su color, son los grandes contribuidores a la implementación de normativas que llegan muchas veces desde “no se sabe dónde”.
El último libro de la periodista Magdalena del Amo, CASI NADA ES LO QUE PARECE, presenta un pensamiento contracorriente, una visión de los hechos, no como se plantea desde los estamentos oficiales y las oficinas de poder, sino desde una perspectiva muy diferente, mucho más abarcadora, entrando en “la cosa”, el porqué de la cosa, su causa, y la causa de su causa. Hace ya tiempo que mi blog lleva la leyenda “Casi nada es lo que parece”. La frase me llegó hace tiempo, en los primeros años de investigación del fenómeno ovni y después indagando en las experiencias MK Ultra y una revelación que nos hizo off the record el profesor Rodríguez Delgado a propósito de sus investigaciones en el control de masas. Leer sobre Woodstock, los manejos de la CIA con el LSD, la creación del mundo hippie y las sectas, la música y el Tavistock contribuyó a ubicarme en el camino. Años después, me di cuenta de que no solo estábamos manejados en los grandes temas medio raros, sino que también en cuestiones de la vida cotidiana nos manipulaban a su entero antojo, haciéndonos ver lo blanco negro, y al revés. Me refiero, en concreto, a los temas relacionados con la dignidad de la vida humana y los eufemismos que nuestra moderna sociedad ha ido interiorizando en las últimas décadas, gracias a la ingeniería social implementada desde las más altas cúpulas de poder. Poco a poco, el análisis de todos estos extremos relacionados directamente con el ser humano y la sociedad me fueron confirmando la certeza de que, en efecto, casi nada es lo que parece.
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