El bosque habitado - ¿Qué eres, tejo o teja? - 06/05/18

Bienvenid@s a un bosque habitado por la especie arbórea más longeva del continente, la más venerada y misteriosa del panteón europeo desde tiempo inmemorial. Nos habita un árbol que tiene los dos sexos separados, un árbol singular que según le conviene para perpetuarse puede decidir ser tejo o teja. Te invitamos a ser parte de la revolución de los tejos y las tejas. El maravilloso estudio de la botánica es mucho más fascinante si nos libramos de ese polvo árido que ha querido disimular el gran mensaje de los seres vivos del reino vegetal en cuestión de sexualidad. Sí, porque ¡tienen tanto que enseñarnos! Te proponemos que las comparaciones las hagas tú.
Hoy, Pruden, Prudencio Fernández González, de la Asociación de Amigos del Tejo y las Tejedas, nos ilustra sobre los tejos y las tejas y su particular revolución sexual. Pueden ser masculinos, también femeninos. Las tejas pueden ser hermafroditas y, atent@s porque los tejos pueden cambiar de sexo también si se encuentran muy estresados.
Y en esta formidable adquisición de reflexión que nos provoca la singular naturaleza del tejo y de la teja, ha calado hondo en la Comunidad del Bosque, y así lo descubriremos con Fernando Fueyo, Ignacio Abella, José y Bernabé Moya, Francis Hallé, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca y Carlos Martínez, tod@s ell@s sonoramente habitados por el Club de la Hojarasca: Carolina Alba, Santiago Bustamante, Julio Valverde, Amaya Prieto, José Manuel Sebastián, Marta Iraeta y Andrés Romero.

Todas enamoradas. Todos apasionados de las tejas y de los tejos. Un enamoramiento que experimentaremos durante la próxima hora bajo el compás de La Casa Azul y su particular Revolución Sexual.
Y así, sumergid@s con asombro en el complejo acerbo genético y en la increíble sexualidad de las plantas y en todo lo que a la savia universal le queda por enseñarnos, te invitamos a entrar en este momento, en territorio habitado por metamorfosis, por revoluciones y misterios de la vida vegetal. Sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!

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