Bienvenid@s a un bosque habitado por la gente que sueña hasta abolir la falsa frontera entre lo ilusorio y lo tangible. L@s que sueñan hasta realizarse y descubrir un paraíso perdido que estaba ahí, a la vuelta de todas las esquinas. Así, como nos dice Julio Cortázar, encontramos personas extraordinarias como Chema Santamaría, que siempre progresan pues eligen libertad. Chema se levantó un día y eligió un camino de salida, en los límites de la ciudad, y éste le llevo a viajar hasta encontrar su lugar en el mundo.
El bosque habitado quiere contar su historia y todas las historias que hablan de conmovid@s que encontraron su lugar en el mundo. Para Chema se llama San Martín del Castañar, en la Sierra de Francia. Un pueblo que ahora mismo está celebrando el día o el fin de semana de la vendimia y donde los mirlos, las urracas, los zorros, los jabalíes, los gorriones y los carboneros andan robando uvas como nos cuenta Raúl de Tapia Raúl Alcanduerca.
Y es que Chema escuchó el río, subió las montañas y admiró los alisos, los robles y los frutales de San Martín y construyó allí un rinconcito donde ser, sobre todo, un buen alfarero… Un alfarero ceramista que practica relaciones cortas con las vecinas y los vecinos, que corre con su perro siempre hacia arriba, que mete sus manos en el barro y, a golpe de torno y horno, saca de la tierra belleza en forma de cacharros hermosos, como sus velones…
Y a la luz de las velas de sus quemadores y celosías, nos sentamos con él en su taller y vueltas y vueltas de torno y fogonazos para secar las piezas de arcilla, confirmamos varias sospechas… Las mismas que tienes tú: que la vida tranquila existe. Y lo hacemos con la Comunidad del Bosque. Con Raúl de Tapia, Manu Ars Movendi, con Ignacio Abella , con José Saramago, Raúl Vacas Polo y Félix Rodríguez de la Fuente. Y la música de Andrea Motis que, por cierto, suena el taller de Chema cuando amasa y da forma a sus creaciones, mientras El bosque habitado, ¡ya era hora!, declara oficialmente el Otoño. Otoño que ya está disfrutando el Club de la Hojarasca, formado por Pilar Socorro, Carolina Alba Castro Estévez y José Manuel Sebastián Campo.
Hoy te pedimos que te pongas el viejo delantal, que te sientes en una banqueta bajita, que te recojas el pelo para que no te moleste en la cara y que hundas tus manos en esa arcilla de colores naturales, húmeda y para crear formas con tus emociones… Sin duda, territorio conmovido… ¡Arriba los cacharros y las ramas!
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