No hay tradición sin vanguardia, ni vanguardia sin tradición. Wolf Vostell (1932-1998), uno de los artistas más comprometidos con la voluntad de aunar arte y vida, se topó en 1974 con el paraje natural de Los Barruecos, próximo a la localidad de Malpartida de Cáceres. Allí descubrió un rincón que, aún hoy, desafía al paso del tiempo. Aquel lugar, un antiguo lavadero de lana del siglo XVIII, se transformó, en octubre de 1976, en la sede del Museo Vostell Malpartida (MVM), llamado a convertirse en un referente internacional del arte Fluxus para cuantos artistas y otros curiosos, desde entonces, han peregrinado hasta allí.
En este monográfico de Ars Sonora nos interesamos por el XIX Ciclo de Música Contemporánea del MVM, que se ha celebrado entre el 14 y el 30 de septiembre de este año. Como guía nos acompaña, en los estudios de Prado del Rey, Alberto Flores, investigador, comisario, asistente de producción, asesor musical, técnico de arte en el MVM y co-coordinador del ciclo desde hace una década.
El programa artístico de esta decimonovena edición ha procurado continuar la senda legada por Vostell, indagando en las relaciones posibles del arte sonoro con todo aquello que constituye la identidad del museo. Además, y por primera vez, el ciclo ha sido co-producido junto al Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). Por eso, la exploración acústica, musical, performativa y sonora, entendida desde un amplio sentido, se ha conjugado con la visión -siempre más conservadora desde el punto de vista estético- del CNDM. Como viene siendo habitual, esta vez también han acudido al MVM espectadores locales, extranjeros, avezados o profanos, dispuestos a abrazar lo que, en ocasiones, les resulta completamente desconocido.
No ha sido menor la variedad de los artistas invitados. La transgresora propuesta pedagógica del compositor Aleks Kolkowski (Londres, 1959) inauguró el ciclo con el taller-demostración “Música folclórica en cera”, donde los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer cómo se grababa en cilindro de cera a principios del siglo XX. Asimismo, en este evento participaron la Asociación cultural de tamborileros Norte de Extremadura Santiago Béjar y la Asociación de Folklore Virgen de la Soledad, de Malpartida de Cáceres. Escuchamos un extracto de lo que aconteció en el taller y, también, al día siguiente, en el concierto-performance inaugural, titulado “Wireless”, en el que Kolkowski se sirvió del violinofón, de gramófonos, de fonógrafos, de discos de 78 revoluciones y de cilindros de cera para convertirse en una suerte de DJ al margen del tiempo.
El camino iniciado por el XIX Ciclo de Música Contemporánea del MVM prosiguió con los conciertos “Siempre/Todavía” –ópera sin voces de Alfredo Aracil (Madrid, 1954) con textos e imágenes de Alberto Corazón (Madrid, 1942)–, interpretado al piano por Juan Carlos Garvayo (Motril, Granada, 1969), y “Zeitgeist. Sustancia del Pensamiento”, de Juanjo Guillem (Valencia, 1965), los días 16 y 22 de septiembre. Nosotros nos detenemos en el audaz experimentalismo del portugués Carlos Bechegas (Lisboa, 1957) –aún poco conocido en España, pero de sólida trayectoria internacional–, que ofreció un concierto con flauta travesera y procesamiento electrónico, “Flute Landscapes”, el día 23. En el programa rememoramos –ahondando en estas genealogías contiguas al museo– la música de Bechegas, con un fragmento de la evocación de la voz de Peter Kowald y con una pieza que el artista realizó en colaboración con el guitarrista Derek Bailey.
Las dos últimas performances, celebradas los días 29 y 30, enlazaron con la poética Fluxus al desplegar el sentido lúdico y humorístico en su proceso de puesta en escena. El dúo de percusión reConvert Project, formado por Víctor Barceló (procedente de Las Palmas de Gran Canaria) y Roberto Maqueda (nacido en Badajoz), presentó en el Museo Vostell Malpartida propuestas del danés Simon-Steen Andersen (Odder, 1976), de Alexander Schubert (Bremen, 1979) y del australiano Thomas Meadowcroft (1972), así como de Alberto Bernal (Madrid, 1978),
El propio Bernal, por vía telefónica, nos adentra en la obra “300 kgs of Music”, un trabajo 'site-especific' que trata de relacionarse con el singular contexto del MVM. Aunque la obra había sido un encargo del Festival Sirga, en 2016, lo cierto es que las condiciones acústicas y físicas del centro cacereño se revelaron favorables para acoger una nueva presentación. “300 kgs of Music” plantea su discurso desde el ámbito de la música, si bien, en seguida, su performatividad se intensifica para encontrarse con elemento visuales, coreográficos y conceptuales: el performer-compositor introduce progresivamente en un coche una colección de partituras representativas de la Historia de la Música. En el interior, los percusionistas y el sonido de las obras, que emiten los altavoces del coche, colapsan las vibraciones y se hace el silencio. La noción del peso de la tradición queda en evidencia cuando el performer intenta arrastrar el vehículo, atestado por mil años de tradición musical. Ofrecemos aquí documentación sonora de la primera parte de la obra, cuya duración total es de unos veinticinco minutos.
En representación del colectivo musical Sin Red, pero también de los artistas españoles que gozan de una mayor reputación fuera de nuestras fronteras que dentro de ellas, también Chefa Alonso nos acompaña gentilmente a través del teléfono, y nos relata la primera experiencia de su conjunto en el Ciclo de Música Contemporánea. Los integrantes de Sin Red son Cova Villegas (voz), Víctor M. Díez (poesía y objetos), Idelfonso Rodríguez (saxofón, clarinete y juguetes) y Chefa Alonso (saxo soprano y “percusión menuda”). En esta ocasión, su propuesta combinó algunos proyectos anteriores para crear un espectáculo sobre textos de Julio Cortázar, que despidió el ciclo de música, y del cual escuchamos un extracto.
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