VOLANDO ALTO
Devoción Matutina para Jóvenes 2019
Narrado por: Daniel Ramos
Desde: Connecticut, Estados Unidos
Una cortesía de DR'Ministries y Canaan Seventh-Day Adventist Church
Escríbenos a: jovenes@appdevocionmatutina.com
27 DE MAYO
MUJER
¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Mateo 26:10.
Jesús predicó la igualdad, la dignidad, la fraternidad y la solidaridad. Su mensaje, que también apelaba a las mujeres, era un evangelio, una buena noticia,
Estas actitudes de Jesús fueron escandalosas. Jesús presentaba a la mujer como hija de Dios, creada a su imagen y semejanza, destinataria de la buena nueva, e invitada, al igual que el varón, a la nueva comunidad del reino de los cielos.
No es de extrañar que fuesen mujeres las más fieles seguidoras de Jesús (Luc. 8:2, 3), y que lo acompañaran hasta el Calvario y la tumba, cuando casi todos los discípulos varones lo abandonaron.
En el camino de la cruz, “lo seguía mucha gente del pueblo, incluso mujeres que se golpeaban el pecho, lamentándose por él” (Luc. 23:27, NVI). Al pie de la cruz “estaban su madre, y la hermana de su madre, María la esposa de Cleofás, y María Magdalena” (Juan 19:25, NVI). Algunas de ellas fueron las primeras en participar del triunfo de la resurrección (Mar. 16:1).
Jesús introdujo en el mundo un principio liberador, pero las consecuencias históricas no fueron inmediatas. En la actualidad se ha creado una cierta posibilidad de realizar algo del ideal expresado por Jesús, pero su principio emancipador de la mujer sigue siendo aún semilla.
Contemplemos a Jesús, nacido de mujer, mirémoslo en brazos de Ana, la profetisa, conversando con la mujer de Sicar, impartiendo salud a la mujer con flujo de sangre, resucitando a una niña, recibiendo a las madres que le llevaron sus hijos, aceptando el ungimiento de una mujer liberada de malos espíritus, y reconociendo a la viuda pobre que dio dos moneditas para el alfolí del templo. Miremos a Jesús llevando la cruz, escoltado por mujeres. Sigamos a Jesús resucitado, después de María, la primera persona que habló con él en la luminosa mañana de la resurrección.
Siempre las mujeres en pos de Jesús. Benditas mujeres que nos transmitieron la vida con su entraña, que nos alimentaron de su pecho, que guiaron nuestros trémulos pies en la infancia, y que harán lo mismo en la vejez.
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