Choque de colores en Galang, balcón suspendido, juventud sin amor. Actor imperfecto, yo te reto. Enciende una luz reina, como un animal humano, como las chicas de la tele. La pistola del hombre que conduce despacio.
Hoy os voy a hablar de un artículo que leído sobre el sesquipedalismo, ya de por si un palabro pero que es el que se refiere a la creación de palabras por derivación incensaría de un verbo, un sustantivo o un adjetivo y que son especialmente utilizadas por periodistas y políticos. Son palabras que los que las emplean, los que se la inventan, vaya, creen que les da un aura más intelectual, más culta aunque el resultado sea justo el contrario. Así podemos escuchar consultaciones en vez de consultas, acomodamientos y no acomodos o matizaciones en vez de matices. El problema se convierte en problemática. Y la favorita de los periodistas deportivos, la intencionalidad, que les debe sonar mucho más grave que la intención, supongo. La cosa es encontrar palabros con los que dejar constancia de que él sabe algo que tú no sabes. Los directores de los medios de comunicación anglosajones de calidad siempre piden al periodista que explique aquellos conceptos que no son asumibles por todo el mundo. Aquí hacen justo lo contrario. Se busca la palabra rara para demostrar un supuesto conocimiento que, en la mayoría de las ocasiones no se tiene. El prestigioso filólogo Leonardo Gómez Torrego destaca la propagación de neologismos con el sufijo verbal –izar, tan de moda en estos tiempos, y así tenemos derechizar, criminalizar, culpabilizar, globalizar, priorizar , y así, los que queráis.
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