1 de junio aniversario de su nacimiento
La industria cinematográfica ha jugado un papel muy importante en el surgimiento de los símbolos sexuales esparciendo imágenes de gente considerada bella por todo el mundo, especialmente en la época del cine mudo, cuando no existían barreras idiomáticas. Uno de los primeros símbolos sexuales fue la actriz danesa Asta Nielsen en las décadas de los años 10s y 20s.
Desde sus inicios Hollywood ha contribuido con numerosos símbolos sexuales tanto masculinos pero sobre todo femeninos: Britney Spears Madonna, Greta Garbo, Raquel Welch, Ursula Andress, Claudia Cardinale, Jacqueline Bisset, Ava Gardner, Rita Hayworth, Grace Kelly, Farrah Fawcett, Brigitte Bardot.
Con el paso del tiempo, quien llegó a ser una de las actrices más famosas de Hollywood y uno de los principales símbolos sexuales de todos los tiempos, fue, es y seguirá siendo, Marilyn Monroe.
Marilyn Monroe nació en Los Ángeles, California, Estados Unidos, 1 de junio de 1926. Fue actriz de cine, cantante y modelo.
Marilyn fue considerada como una de las mujeres más atractivas de la historia del séptimo arte, pero su explosiva belleza la condicionó artística y emocionalmente, obligándola a proyectar una imagen seductora y superficial que encubría su personalidad real, sensible e inestable desde la infancia. El American Film Institute la considera la sexta mejor estrella femenina de todos los tiempos.
Pese a la infinidad de biografías y libros que sobre ella se han escrito (incluyendo su autobiografía, aparecida póstumamente en 1974), en los que se ha podido percibir esa otra Marilyn que no se ajusta al tópico, aún hoy sigue apareciendo en primer lugar, o en un lugar muy destacado, en toda clase de rankings especializados en la materia.
En definitiva, a pesar de los esforzados intentos que Marilyn Monroe llevó a cabo en vida para ser considerada de manera distinta a como se la veía, difícilmente desaparecerá nunca de la imaginación colectiva como uno de los íconos eróticos del siglo XX. La imagen de la tentación vive arriba, con blusa y falda plisada blancas que se le levantan y agitan cuando pasa sobre un respiradero del metro de Nueva York, ha quedado indisociablemente unida a su nombre. Su desaparición en plena juventud, y en la cumbre de su fama como actriz y como mito erótico vivo, no hizo más que acrecentar la leyenda.
Comentarios
Gracias amigo pascual ¡ya lo he dicho! Uno es público, así que para ese uno hay que dejar el alma en cada producción. Un abrazo